Todo un desastre mas que hunde a la otrora gran España en la inmundicia y el descrédito. Nuestros políticos solo merecen desprecio ciudadano y rebeldía indignada.
Pero la deshonra y la vergüenza que se desprenden del caso Chaves y Griñan afectan también al sistema, que está tan adulterado que carece de defensa frente a corruptos y delincuentes, al PP, un partido decepcionante que en lugar de ser la alternativa decente al socialismo compite con él en corrupción, abuso y desvergüenza, y, por encima de todo, al pueblo andaluz, atiborrado de oprobio e indignidad porque sigue votando a sus verdugos y elevando hasta el poder a gente que carece de valores y grandeza para gobernar en democracia.