Acabo de leer la noticia y en realidad no me sorprende. El gobierno del Partido Popular obligará a paga a los buscadores por los contenidos de noticias que enlace. Una medida en dirección discriminatoria, que trata de favorecer a los medios convencionales frente a la tecnología que nos invade. Estos señores quieren parar el progreso.
Son muchas las razones en contra de este nuevo acto de intromisión. Empezando porque es del todo evidente que la aparición en Google o Yahoo de nuestras web, genera tráfico a las mismas y aquellas que buscan ingresos por publicidad o ventas, no dudan en tener personal contratado para posicionarse mejor en los buscadores. El SEO (Search Engine Optimization, o sea, optimizar nuestro contenido web para que alcance mejores posiciones en los buscadores) es una disciplina a la orden del día. Nueva, sí, pero imprescindible para existir en el mundo digital. Si no apareces en la primera página del buscador, no existes. Los periódicos de pago también gastan en esto. Es decir, los buscadores prestan un servicio a los generadores de noticias. Y el pago debiera ser al revés.
Por otro lado, tenemos un nuevo acto regulatorio donde no hace ninguna falta. Si alguien publica contenido web sabe de sobra que Google puede indexarlo. Y si no quiere que se indexe, también puede hacerlo. No es nada complicado. Sobra la regulación.
Finalmente, el apoyo descarado a un lobby, el cuarto poder. La prensa escrita se desmorona. Alarguemos su agonía. El lugar de dejar que se reestructure y se adapte, un tenga un final decente, liberando recursos que pueden ser empleados en tareas más eficientes, démosle una inyección de capital a costa de otras empresas para que puedan subsistir. Total Google es enorme. ¿Qué le puede suponer?
Demostrado queda pues que nuestros gobernantes (y los de Francia o Alemania, que ya aplicaron tal medida) no saben ni están preparados para la vida en el siglo XXI. Van por detrás de la tecnología. Lo malo chicos, es que la tecnología cada día os saca más ventaja. Y las empresas tecnológicas también. Me temo por desgracia, que el precio a pagar, para Google en concreto, no sea demasiado oneroso, por lo que pasará por el aro, como viene haciendo, pero yo me plantearía seriamente renunciar a enlazar los contenidos de pago que exija el gobierno. Seguramente a los medios damnificados que son los que han podido provocar la aprobación de esta medida, les haría más pupa el asunto.