La independencia de los jueces en duda

Publicado el 05 febrero 2014 por Elblogderamon @ramoncerda

¿Son independientes o no lo son?

Siempre que he hablado de los jueces en este espacio he acabado diciendo que son personas… como usted y como yo. Personas que tienen sus emociones, sus preferencias y sus prejuicios y que, en base a ellos, interpretan las leyes, porque el problema de las leyes no es otro que el hecho de que sean interpretables. Por lo tanto, una misma ley no será interpretada lo mismo por un juez que por otro. Si se trata de una ley contra el aborto —por poner un ejemplo cualquiera— y el juez está a favor del mismo, no cabe duda de que su juicio no será del todo imparcial, y cuando hablamos de falta de imparcialidad también hablamos de falta de independencia aunque no sean lo mismo. Y si algo está claro es que la independencia de los jueces está cada vez más en tela de juicio, en primer lugar por las continuas interpretaciones contradictorias de unos y otros, y en segundo lugar por los ataques directos que entre ellos mismos se hacen, justificada, o injustificadamente. Las ansias de chupar cámara de alguno de ellos tampoco beneficia la judicatura.

Que los jueces tengan ideas políticas los hace más susceptibles de perder la independencia deseable, ¿pero quién no tiene ideas políticas aunque no milite en ningún partido político? ¿Quién no tiene ningún tipo de prejuicio, sea racial, religioso, político o de cualquier otro tipo?

Todo lo ocurrido con Garzón en su día ya dejó en bastante mal lugar a la judicatura, y eso lo pensamos, tanto los que pudiéramos estar o favor del exmagistrado como los que podemos estar en contra. Al final de estas luchas internas los únicos perjudicados somos los ciudadanos que vemos con temor lo mal que funcionan las cosas por allá arriba.

La última:

El juez Silva ha denunciado «ataques contra la independencia de jueces que investigan a los poderosos» y ha conseguido reunir más de 160.000 firmas de apoyo a la querella que ha presentado contra el magistrado que le investiga a él por prevaricación en el caso Blesa. Según el juez Silva «se está atacando con esta instrucción la independencia judicial de aquellos destinados legalmente a investigar a los poderosos».

En cualquier caso, si todo prospera en contra del juez Silva, puede ser condenado a 40 años de inhabilitación.

Y lo dicho antes, en estos casos, gane quien gane, perdemos todos.

Ramón Cerdá