La indumentaria de las matronas romanas

Por Manu Perez @revistadehisto

El cine y últimamente la televisión nos tienen acostumbrados a mostrar a las romanas, salvo excepciones, algo frívolas en su modo de vestir y de adornarse. Esto ha llevado a la idea equivocada de que las mujeres romanas iban mostrando sus cuerpos, pero nada más lejos de la realidad.

Generalmente iban muy tapadas y, de hecho, en público y por la calle no debían mostrar su cuerpo ni siquiera casi las manos y muy poco de la cabeza.

Evidentemente, como cualquier mujer, a las romanas también les gustaba vestir lo mejor posible y, ante todo, mostrar con ello su status social, pero todo ello sin caer en la obscenidad.

Buena prueba de que eran coquetas lo tenemos en la reacción a la Lex Oppia(se puede ampliar con éste artículo relacionado), cuya promulgación, en el contexto de la II Guerra Púnica, dio lugar a la prohibición a las mujeres de portar, entre otras cosas, cierta cantidad de joyas. Ante esta restricción las matronas no dudaron en movilizarse y concentrarse en Roma para conseguir que se derogase, como finalmente se hizo.

Sus maridos no parecían entender esa afición, como en el caso de este fragmento del Satiricón de Petronio:

'Ya veis -dice- los perifollos con que cargan las mujeres y nosotros, como estúpidos las dejamos que nos desplumen [...]' Para no ser menos, Centella, echando mano a un estuche de oro que llevaba colgado al cuello y que ella llamaba su 'buena estrella', sacó unos pendientes y, a su vez, los ofreció a la consideración de Fortunata: 'Son -dice- un regalo de mi señor marido; no hay otros mejores'. '¿Cómo? - salta Habinas - ¿No me habrás desangrado para comprarte esas lentejuelas de cristal?.Desde luego, si yo tuviera una hija, le cortaría las orejitas. Si no hubiera mujeres lo tendríamos todo regalado [...]'

Petronio, II, 67, 6-11

La indumentaria de las matronas romanas

En primer lugar, hemos de entender cuál era el ideal de mujer romana, que era el que representaba la matrona (de la raíz mater-madre- se refiera a la mujer casada) que solían ser las mujeres pertenecientes la alta sociedad patricia de Roma. Éste era un modelo de mujer cuyo comportamiento, en todos los aspectos de la vida, debía ser irreprochable. Era el paralelo femenino del buen romano, que se resume en la gravitas, parsimonia pudicitias, certamen, pides, pietas y virtus ( (comportarse de acuerdo al rango social), Parsimonia (austera sobriedad en todo), Pudicitias (pudor, integridad moral), Certamen ( sentido de la competición), (fe en la palabra dada, lealtad), (comportarse con justicia y respecto hacia las leyes e instituciones), y la (la excelencia militar)). No es un modelo que nos quede muy lejos, pues es el que heredó la tradición cristiana.

Desde pequeña, las niñas eran educadas para el matrimonio bajo la potestad de su padre y, con el casamiento, pasaban a estar bajo el poder de su marido. Por tanto, la mujer romana tendrá su espacio en el ámbito doméstico y la función esencial que tenía era la de traer al mundo a nuevos ciudadanos y transmitirles el mos maiorum.

Si estos valores son exigibles a todas las mujeres, el concepto de matrona iba vinculado además a la laboriosidad, a la austeridad en las costumbres, la fidelidad, la modestia, el amor hacia su marido y sus hijos... Pero ni la educación ni la cultura estaban entre las virtudes deseables para las matronas. Entre los méritos que distinguían a las matronas romanas se encontraba de forma recurrente el del hilado (el trabajo de la lana era esencial, símbolo de la matrona por antonomasia y el huso y la rueca son dos de los objetos que la novia llevará a su nuevo hogar en el día de la boda). Por tanto, la mujer se ocupaba en hilar y tejer, dirigía la educación de los hijos, vigilaba la servidumbre y llevaba una activa vida social acompañando a su marido.

La indumentaria de las matronas romanas NO SOLO HA DE SERLO, HA DE PARECERLO...

Como en toda sociedad, la indumentaria era un símbolo de la clase y poder social. Viendo a un romano por su vestimenta podríamos saber en cuestión de segundos si era pobre o rico, y además viendo a dos romanos ricos podríamos saber también inmediatamente cuál tiene un cargo público, cual es un patricio, y así una cantidad de distinciones considerables. La ropa en Roma no solo nos permitía diferenciar al romano del no romano, nos permite diferenciar al romano del romano.

Las diferencias sociales se acentuaban en la ropa. No solo por una cuestión de materiales y calidad sino también por una cuestión de simbología implícita en las prendas. Era la misma sociedad la que imponía estas reglas de vestimenta que permitían ver el poder o clase del individuo.

LA TOGA

La vestimenta habitual de los romanos, desde los tiempos más antiguos, era la toga. Todos los ciudadanos que nacían libres la llevaban, de hecho, originariamente, la llevaban tanto las mujeres como los hombres. Los extranjeros y esclavos la tenían prohibida.

"Romanos, rerum dominos, gentemque togatam"
-Romanos, señores del mundo, los que visten con togas-

De esta forma tan peculiar definía Virgilio a los propios romanos, y es que la toga terminó por convertirse en el símbolo supremo del desarrollo romano.

Habitualmente era una tela hecha de lana blanca, que indicaba la ciudadanía romana, si bien habían diferencias de color según las edades, rangos y funciones: Toga virilis -la que vestían aquellos que llegaban a la madurez ; Toga Praetexta - toga blanca con una tira púrpura que llevaban los niños antes de adquirir la Toga Virilis; Toga Candida- extremadamente blanca y brillante que los candidatos a las magistraturas vestían para presentarse ante las asambleas; Toga Picta- ricamente decorada era utilizaba por los generales victoriosos; Toga Pulla- Era una toga de luto, de color negro; Toga Trabea: toda púrpura o blanca adornada de bandas púrpura, que usaban los cónsules, caballeros,... como vestidura de gala. Las mujeres romanas no vestían toga, que de hecho podía tener otras connotaciones como el adulterio o la prostitución.

Ellas usaban otras piezas de ropa que las distinguía:

La indumentaria de las matronas romanas. PIEZAS DE ROPA FEMENINAS

En Roma, la vestimenta tenía fuertes influencias griegas y etruscas, y la principal característica como hemos visto eran las togas. Si bien, la mujer llegó a un nivel de refinamiento especial en la ropa, las joyas, ornamentos en el calzado y las prendas que evidentemente lograban distinguir a las mujeres patricias de las plebeyas.

Las matronas romanas iniciaban el día con su aseo y vestido. Lo primero que hacían era peinarse y maquillarse. Después pasaban a vestirse, y el tercer paso consistía en colocarse su ingente cantidad de joyas: diademas, pendientes, brazaletes, collares,etc. Estas tareas no las hacían ellas mismas sino que precisaba de la ayuda de sus sufridoras esclavas, las ornatrices.

Por supuesto la mujer contaba con prendas exclusivas como la stola, un indicador de su estado civil. Otra prenda de la mujer es la Palla, un velo o manto que la mujer utilizaba para cubrir sus hombros, o formar una capucha cuando se encontraba en la calle.

La Túnica : El Indusium y la Stola

Las túnicas, tomadas de los griegos, eran la ropa básica tanto para hombres como para mujeres y fueron adaptadas a las diferentes necesidades de la sociedad. Hechas de lana sin teñir cosida a los lados, era una prenda que llegaba hasta las rodillas en los hombres y hasta media pierna o los tobillos en las mujeres. Era un pieza tan útil y cómoda que rápidamente se convirtió en la prenda de trabajo, de vestir en la privacidad del hogar y la ropa básica del soldado.

Las que más aprovecharon las túnicas fueron las mujeres. La stola era una variedad de túnica que la mujer empezaba a vestir inmediatamente después del matrimonio, pero por debajo las romanas también llevaban ropa interior.

LA ROPA INTERIOR

La Stola se ponía sobre túnicas interiores sin mangas llamadas Indusium que eran el equivalente de la masculina ("bajo la túnica"). Con estas túnicas también se dormía. En cuanto a los materiales se usaban lino, algodón y sobre todo lana.

Debajo del , a modo de ropa interior las mujeres solían utilizar los fascia pectoralis, una banda de lino a modo corpiño que ayudaba a darle mayor firmeza al busto. El strophium y la mamillare eran también dos prendas interiores utilizadas por las mujeres. Estas eran más semejantes a los corpiños actuales. Estaban compuestas por tiras de cuero que cubrían el busto sosteniéndolo y afirmándolo. En cuanto a la parte inferior era similar al subligaculum masculino y su forma era muy parecida a las actuales bragas.

La Stola

La Stola, que era una pieza exclusiva de las matronas romanas, se confeccionaba con una sólo pieza de tela con abertura central para introducir la cabeza o bien con dos trozos unidos. Se abrochaba por medio de botones en las mangas, con fíbulas en los hombros o simplemente sin abrochar, cosida. Podían ser de manga larga, de manga corta o sin mangas y sus modelos eran mucho más elegantes, coloridos y elaboradas que las de los hombres y se ataban con cinturones.

En cuanto al material con el que se confeccionaban solía ser lino, lana, algodón, si bien el más apreciado era la seda, de brillantes colores y rematada con bordados en la parte de inferior, en el cuello y laterales. Sus colores iban del blanco crema -el color natural de la lana- al gris, el rojo y el purpura. Colores obtenidos con diferentes tinturas naturales. Se distinguía y valoraba a las mujeres con muchos hijos. Cuando estas tenían más de tres hijos podían vestir la stolae matronae que les otorgaba orgullo y prestigio en la sociedad.

Esta pieza era generalmente complementaba con la palla, de la que hablaremos, que era u n manto rectangular que podía ser utilizado como velo o bufanda. Realizada con finos materiales y confección, variaba mucho dependiendo la clase social de la dueña.

El Ceñidor, Zona o Patagium.

Era normal adornar la stola con un patagium. Este era una especie de cinturón que se ponía debajo del pecho sobre la stola no muy ajustado. Podían ser de diversos colores, bordados a veces con hilo de oro, e incluso estar adornadas con incrustaciones de piedras preciosas. Las mujeres de clase alta solían llevarla doradas o de púrpura, una tintura bastante costosa, que indicaba una mayor dignidad y poder adquisitivo. Las mujeres que se habían casado varias veces ( multivirae) añadían una parte en la zona inferior como distintivo de dignidad por ello.

LA PALLA

El manto o palla ( el de los hombres era el pallium ) era según Tertuliano(De Pallio I) una pieza fundamental para toda romana decente. Era un manto, evolución del himation griego, que las mujeres utilizaban cuando salían en público, habitualmente cubriéndose lo cabeza, si bien en casa se sujetaba de la manera más cómoda. Estaba formado por una tela rectangular o cuadrada (no semicircular como la toga), de unos 3,50-4 metros de ancho y 1,30 o 2 de largo y, como ya se ha comentado, era un manto que se ponía sobre la stola.

Como tantas otras prendas era un indicador de status instantáneo.

Los más vistosos solían ser bordados y de seda pero también eran de algodón, lino u otras materias. Los colores eran variados y se apreciaban los colores brillantes.

Iba de la cabeza hasta los pies, ya que generalmente se utilizaba enganchado al pelo a modo de velo, y se podía utilizar como bufanda, como chal o como capucha. Se colocaba pasándolo sobre el hombro izquierdo y por debajo del derecho, recogiéndolo de nuevo con el brazo izquierdo.

Nos queda todavía mucho para acabar de arreglar a una matrona: calzado, peinado, joyas y complementos, perfumes, ... pero eso mejor lo dejamos para una segunda parte!!

Autora: Eva Alberola para revistadehistoria.es desde https://unaderomanos.wordpress.com/

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