La industria alimentaria tiene especial interés en captar a los niños para crear fieles clientes de sus productos de por vida, así se concluye en un informe realizado por miembros de la World Obesity Federation (Federación Mundial de la Obesidad). En este informe se destaca que ningún país ha logrado revertir el incremento de la tasa de obesidad entre la población, sólo unos pocos han logrado frenarla.
Los autores del informe acusan a la industria alimentaria de crear lealtad de marca entre los niños e instan a la OMS (Organización Mundial de la Salud) a trabajar para acabar con la comercialización de alimentos y bebidas que son poco saludables para los niños y que favorecen el sobrepeso y la obesidad. Explican que la industria no sólo influye en las preferencias alimentarias inmediatas de los niños, también construyen las preferencias de sabor y fidelidad a la marca, para poder garantizar que los niños serán futuros consumidores que garanticen sus ventas y beneficios.
No se puede negar que la industria de los alimentos y bebidas juega un papel importante en el aumento de las tasas de sobrepeso y obesidad, para la industria, según explican los autores, es una inversión que les resulta muy interesante, los niños con sobrepeso u obesidad son una inversión en las ventas futuras de las marcas alimentarias. En el artículo también se advierte que las compañías alimentarias son propensas a resistirse a las políticas de control del entorno alimentario, del mismo modo que la industria de las bebidas alcohólicas o del tabaco se resistieron a las restricciones impuestas en sus productos por cuestiones de salud pública.
En este caso, el pulso a la industria alimentaria para que cambie la formulación de sus productos a fin de acabar con el sobrepeso y la obesidad se mantiene. Si tomamos como ejemplo la lactancia, a la industria que se dedica a la fabricación de la leche de fórmula no le interesa que se promocione la lactancia materna, dado que en los países industrializados no tienen tanta fuerza para lograr este cometido, en los países de medianos y bajos ingresos trabajan con tesón para que no se brinde el mejor alimento del mundo a los bebés y en su lugar las madres los alimenten con leche de fórmula.
Pues bien, los autores de este artículo sugieren que este patrón se repite en la alimentación de los niños de más edad, alimentos procesados y bebidas azucaradas contienen ingredientes que condicionan el paladar de los niños y se convertirán en consumidores de alimentos pobres en nutrientes y ricos en grasas que no aportan nada al organismo.
Por supuesto la FoodDrinkEurope, organización que representa los intereses de la industria europea de alimentos y bebidas, ha contestado, asegura que apoyan plenamente la necesidad de abordar el problema de la obesidad infantil y que no es interés de nadie no tener hijos saludables. Por otro lado y según leemos aquí, consideran escandalosas las acusaciones vertidas sobre ellos, aseguran que no pretenden garantizarse las ventas del futuro actuando sobre la población infantil.
Pero lo cierto es que como decíamos antes, pocos países han logrado frenar la obesidad infantil y las acciones que se llevan a cabo para ello son mínimas, muchos gobiernos se han basado en los esfuerzos voluntarios que supuestamente lleva a cabo la industria alimentaria para frenar el incremento de la obesidad. FoodDrinkEurope asegura que la industria alimentaria trabaja variando la composición de sus productos para que sean más saludables, del mismo modo que reducen las porciones y se adhieren a códigos de marketing responsable. No es ni tanto ni tan poco, la industria no puede negar que trabajan para captar clientes y lograr fidelizar, tampoco puede negar su gran implicación en el problema del sobrepeso y la obesidad.
Os recomendamos leer el artículo publicado en The Lancet, es interesante e invita a la reflexión.
Foto | Lars Plougmann
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La industria alimentaria es acusada de crear lealtad de marca entre los niños