La industria cultural española

Publicado el 14 mayo 2013 por Martincalatrava

MADRID (AFP) – Sobrevivió a una Guerra Civil y a un incendio, pero tras 88 años de vida, la emblemática librería Catalonia ha tenido que echar el cierre en el centro de Barcelona, víctima de una crisis que también vacía cines y teatros.

“Fue una situación muy difícil y muy penosa pero se tenía que hacer”, explica a la AFP Miquel Colomé, dueño desde el año 2000 de esta librería de referencia en la capital catalana, que a principios de año bajó definitivamente la persiana, consumida por la falta de clientes.

Desde 2008, las ventas habían caído en un 40%, una situación que “nos llevó a la necesidad de hacer una ampliación de capital, vender la empresa o endeudarnos mucho”, pero “hacer una gran inversión no era posible”, lamenta Colomé, que decidió entonces cerrar el local.

Ahora, las estanterías de libros de la Catalonia dejarán paso a las hamburguesas y las patatas fritas de un establecimiento de comida rápida que ocupará su local.

Como Catalonia, librerías, cines y salas de conciertos están desapareciendo en los últimos años, debido al desplome del consumo por la crisis, la creciente presión fiscal y la piratería.

Auque muy extendida desde hace años en un país en que mucha gente cree que la cultura debería ser gratis, la piratería crece con la crisis en España.

Según el Observatorio de la Piratería, en 2012 se descargaron ilegalmente en España archivos por valor de 15.200 millones de euros, un 41% más que el año anterior.

©afp.com / Dominique Faget

Una mujer camina frente a una librería de Madrid, el 17 de julio de 2010

“A ninguna profesión en este país se le exige la gratuidad que se le pide a la cultura”, protesta Juan Manuel Cruz, presidente de CEGAL, la confederación de libreros de España.

Según este gremio, las ventas de libros han bajado un 22% entre 2002 y 2011 -una caída que persiste en los dos últimos años-, se ha destruido un 30% del empleo desde 2008 y una treintena de sus 900 socios echaron el cierre en el último trimestre.

La situación no es mejor en el cine, que además tiene que lidiar con el recorte de un 55% de las ayudas públicas desde 2010 y la subida del IVA del 8 al 21% desde septiembre.

“El cambio de IVA se produce en un momento muy grave. La gente lo ve como imposible y tal y como está la taquilla y la crisis, tira la toalla y cierra las salas”, explica Juan Ramón Gómez Fabra, presidente de la Federación Española de Cines (FECE), añadiendo que los espectadores han caído un 40% desde 2004 y 114 salas cerraron desde 2012.

De hecho, en abril se registró la peor recaudación de la última década, con una caída del 43% respecto al mismo mes de 2012.

El nuevo IVA afecta también al teatro, los espectáculos de danza y la música en directo que, según la Asociación de Productores Musicales, perdió 25 millones de euros por dicha subida entre septiembre y marzo.

Por ello, la industria pide mayor protección gubernamental y una reducción de la presión fiscal para un sector cultural que representa alrededor del 4% del PIB y genera medio millón de empleos.

“En momentos de caída de ingresos que se nota en las familias, no podemos ir a un empobrecimiento cultural”, asegura Pedro Pérez, presidente de la federación de productores españoles.

Mientras, el sector busca superar la bajada de ventas y cómo transformar en ingresos el gran consumo cultural “sumergido” del país.

“Con 60 años, puedo decir que ahora la gente ve tres veces más películas, va a más conciertos, escucha más música y lee muchos más que antes. Otra cosa es como se transforma en valores económicos. La gratuidad de la cultura no puede ser pero se han de encontrar fórmulas”, reflexiona Colomé.