Revista Opinión

La infiltración de música decadente no cesa: Aviso a los reformados (I)

Publicado el 30 diciembre 2021 por Liberal

Normalmente, en los últimos años, no me he dedicado a escribir mucho sobre las “guerras culturales” porque sencillamente, y sinceramente, no he tenido tiempo. Pero, como todo, hay cosas que últimamente me van molestando bastante, y la música, o mejor dicho, el estruendo infernal de los últimos tiempos no para de penetrar en las iglesias, muchas de las que se atreven a hacerse llamar “reformadas” y “fieles a la confesión de Westminster”. Por ello, terminaré lo que queda de este año terrible (sí, finalmente caí en las garras del Covid) escribiendo sobre las últimas tendencias musicales en las iglesias. Ya que estoy en fase de recuperación, me dedicaré a algo productivo. Ya sabéis que dije en este mismo blog hace muchos años que jamás en la vida me he enfermado lo suficiente como para impedir mis labores normales. El Covid no ha sido una excepción. El médico personal me lo confirmó en mi residencia rural (gracias a los santos cielos que no estoy en Nueva York ciudad durante esta etapa). Me dijo: “My dear friend and professor, you got Covid”. Bueno, al menos estoy vacunado (las personas responsables se vacunan, por cierto…y ni se os ocurra a venir con propaganda anti-vacuna aquí) y los síntomas no han sido demasiado brutales. Al menos las botellas de sangre que me sacaron sirvieron para confirmar que, por otro lado, gozo de excelente salud en todo lo demás. Bueno, al tema.

Hace muchos años que voy denunciando, privada y públicamente, la infiltración de estilos de música licenciosos, rebeldes, y decadentes en no pocas iglesias protestantes americanas. La filosofía famosa del rock, el conocido “born to be wild”, es decir, sigue tus impulsos naturales, vive sin normas, sin restricciones, de manera irresponsable y temerosa, sigue haciendo estragos. Es muy difícil hoy en día hablar con un cristiano y realmente darte cuenta de que lo sea en realidad, ya que sus filosofías no se distinguen en nada de las del mundo normal contemporáneo. ¿Para qué llamarte “cristiano” si vistes como un hippie y hueles al azufre del infierno? Desde luego, esto ha pasado en todo lo demás también. Vivimos en una época en la cual no hay ideología más allá de la gran pasividad mundial que vivimos. La única norma actual es la siguiente: “sé lo más políticamente correcto que puedas para no ofender a nadie, es decir, evita tener cualquier criterio u opinión fuerte, no vaya a ser que las damiselas se ofendan y te acusen de algo grave para perder tu puesto de trabajo o reputación social”.  Pero bueno, hoy no voy a hablar del fenómeno de la pasividad y sus consecuencias (la pasividad se viene desarrollando desde finales de los años 90 del siglo XX), pero es un tema muy amplio, complejo, etc.

La música rock es la banda sonora de la apostasía descrita en el segundo libro de Timoteo, 3-4. ¿Cuántos padres no están dormidos mientras que sus hijos se dedican a bailotear al son de la música rock en la cuna de Satanás? Eso sin contar el famoso oxímoron conocido como “rock cristiano”. ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! Me voy a centrar casi exclusivamente en la música rock, aunque no es la única música INCOMPATIBLE que está penetrando en las iglesias. También hay evidencia de que no pocas iglesias protestantes siguen permitiendo la entrada de música jazz, blues, hip hop, etc., todas con ritmos sensuales. Por eso en mi academia, no vamos a permitir bajo ninguna circunstancia estos estílos musicales. Seguimos firmes y sin pedir perdón por defender nuestras verdades en un mundo cuyo único absoluto es «obedece lo que las empresas pongan de moda para vivir en un mundo comercial y multicultural. No, gracias.

Primero, el ROCK AND ROLL no solo es “música”; es un estílo de vida, es una actitud ante los demás

Hay un libro titulado “Rock Facts”, publicado en los años 90 por el famoso “Rock and Roll Hall of Fame” en Cleveland, Ohio. Se reconoce abiertamente que el rock no es solo un tipo de música, sino un ESTÍLO DE VIDA. El rock se ha convertido en el “idioma universal”, y también se refiere a una actitud, un sentimiento, un estilo, y un estilo de vida (página 7 del libro). La famosa canción de Elvis Presley, “Good Rockin Tonight”, fue directamente una invitación a un holocausto. “Rockabilly” era la cara de Dionisio, con sexualidad febril y todo lo que eso conlleva. Hay otro muy buen libro, escrito por Nick Tosches, titulado “Country: Las raíces retorcidas del Rock n Roll”. Ahí puedes leer más sobre este asunto.

EL ROCK ES REBELIÓN Y VIVIR COMO TE DÉ LA GANA.

El medio utilizado, el rock, tiene una ética totalmente incompatible con los valores reformados. El rock es libertariano, es anti-estado, confunde el sexo con amor, y promueve el consumo de drogas. ¿Qué joven actual no exista que haya sido víctima o conozca una persona drogadicta? Los últimos 40 años, ha habido una explosion de drogadicción y lo que es peor, ahora es promovida por el estado con la legalización de las mismas. Siempre ha habido gente borracha, drogadicta e indeseable en general, pero nunca se les había elevado a la categoría de normal o deseables como ahora. La cultura tiene mucho que ver con esto, y es indudable la influencia de la música de los últimos 60 años.  El rock es, además, contrario a las normas estrictas de los colegios y universidades, es anti-nacionalista, y anti-moral. No es ningún accidente que un país nada sospechoso de ser ni “cristiano” ni mucho menos “conservador”, la gran Unión Soviética, prohibió la música rock como subversiva. Los soviéticos sabían perfectamente la tendencia destructiva de esa repugnante música. Estimados jóvenes, por favor escuchadme aunque sea una vez en vuestra vida: Ninguna persona que hoy se hace llamar “izquierdista”, salvo con rarísimas excepciones, son izquierdistas en realidad. No. La filosofía que actualmente impregna la izquierda en occidente son estas ideas podridas de la “cosmovisión” rock and rolera.  Detente a pensar en todos los drogadictos famosos o no famosos que conozcas y díme qué música suelen escuchar. Aunque es una falacia lógica caer en la culpabilidad por asociación de ejemplos concretos, es anecdótico pero interesante que prácticamente todos los conocidos “rebeldes”, drogadictos, alborotadores, desviados, apátridas, terroristas, jóvenes delincuentes, suicidas, espiritistas y demás hippies sean consumidores habituales de esta dieta basura de rock. El “sexo libre” de los últimos 40 años es fruto de la tremenda influencia cultural que ha tenido este tipo de música tan terrible para el mundo. ¿Sois conscientes de que aunque mi mensaje pueda escandalizar hoy en día, prácticamente todos los mayores (de cualquier ideología) decían lo mismo que yo sobre el rock hasta los años 80? Es sencillo: la gente ha tirado la toalla. En la pasividad imperante, se ha optado por el «no luchemos por nada», «vive y deja vivir». Idiotas. Prácticamente todas las instituciones han decaído en ese letargo y por eso está todo tan degradado. En ausencia de grandes verdades, ¿para qué luchar, no? De hecho, ahora lo realmente ofensivo es tener criterios sobre todo, especialmente si además atentas contra la mentalidad imperante. ¿Qué hubiesen dicho nuestros grandes ancestros en la fe? ¿Sois tan ignorantes como para no saber que si hoy nos queda algo de democracia se debe a los mártires protestantes que pagaron con sangre para que fueramos libres? Me duele el alma profundamente ver como se degradan nuestras iglesias con filosofía barata, embrutecedora, y propia de putas que se bajan la falda (bueno, o los pantalones) ante cualquier moda que les haga lucir más simpáticos. Si Estados Unidos vuelve a tener una guerra civil, que no os quepa duda que los protestantes seremos los que lucharemos en ella. No vamos a ceder ni un ápice de nuestras libertades a un sistema cada vez más ilegítimo. Somos millones de ciudadanos armados y listos para recuperar lo que algunos pretenden robarnos. Lo sé bien, porque al escribir esto, justamente en mi mesa, puedo hasta ver algunas de mis armas. No nos importa que el «mundo» nos juzgue como puritanos radicales, porque nuestra causa es mucho más importante que la opinión de algún apátrida mugriento. Hubo un famoso predicador protestante en Harvard en el siglo XX. Era liberal como nosotros, protestante, y cuando le decían «oye, debes poner música más moderna en tu congregación, porque eso es ir más con los tiempos, el respondió sabiamente, «¿ir con los tiempos? La labor del predicador es ir CONTRA los tiempos». ¡Qué grande! A mí no me interesa lo «fashion» que seas, ni lo rico, ni lo «intelectual» que te hagas. Si no estás comprometido con la libertad y la independencia de las iglesias, no sirves para nada.

Tengo muchísimo más que decir, pero no quiero escribir una entrada muy larga (los lectores no leen entradas muy largas, en mi experiencia). Por eso, me veo obligado a dividir esto en series, como suelo hacer. Mañana os hablaré sobre cómo esto penetra las iglesias y otros círculos sociales supuestamente “cristianos” (los mismos cristianos que no tienen problema alguno actualmente en relacionarse con católicos-romanos, judíos, musulmanes y demás bajo el pretexto de que “todos somos hijos de Dios”, lo cual es absolutamente una burla falsa que ningún teólogo serio hasta bien entrado el siglo XX hubiese aceptado por ser tan evidentemente falso, siniestro e ignorante). Eso sí, os dejo con un vídeo de un himno clásico, como ejemplo del estílo musical recomendable para un coro, sin la nefasta influencia del rock. Aquí va, el famoso himno presbiteriano. ¡Qué diferencia al ruido estridente y decadente del rock!


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