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En el siglo XVII, una de las principales razones por la cual Holanda se convirtió en una potencia fue su pensamiento de origen calvinista, pensamiento que sería influencia para el capitalismo. En este trabajo se analizará la impronta calvinista con el objetivo de identificar cuáles fueron las ideas principales que influenciaron a Holanda para poder convertirse en una potencia económica, al igual que se analizará la situación económica holandesa.
La influencia calvinista en el crecimiento económico de Holanda
La ética económica calvinista jugó un gran papel dentro del desarrollo del capitalismo (Weber 56). Dentro de esta religión existe el concepto de la predestinación en la cual “Dios” ya tiene un plan, un destino para cada persona, por cual las personas que profesan esta creencia ya estaban destinados a ser parte de, al igual que sus acciones y decisiones.
A diferencia de otras creencias que se basaban en imitar las vivencias de Jesús o glorificar la pobreza despojándose de toda pertenencia de valor, para el calvinismo el hombre tan solo es el administrador de los bienes que Dios le ha otorgado (Weber 119).
En los temas de interés del calvinismo preponderaban el comercio exterior, el aumento y la medición del bienestar ciudadano, cuestiones de dinero y el crédito, problemas de banco y seguros, aparecían en primer plano[1], al igual que Calvino influyó en la práctica de la industria y el ahorro emprendedor[2].
Tiempo antes y después de la Holanda independiente es donde entra y se destaca el calvinismo. Para Holanda el calvinismo se convirtió en un componente determinante y fundamental de un organismo político de peso internacional, y se ha visto que el estado que allí se creó fue iniciado y sostenido, por un lado, por el desbordante impulso calvinista contra el monarca católico y, por otro, por la valoración de las tradiciones autonómicas locales. (Tenenti 230).
Holanda como potencia económica
Una de las razones por la cual Holanda llegó a ser lo que fue en el siglo XVII se lo debe en gran parte a su fuerza naval, con la que ante el debilitamiento de España como Portugal, entraría en sustitución, supliendo las responsabilidades de exploración y de comercio que en algún momento tuvieran en mayor las dos potencias antes mencionadas
El comercio de especias y otros productos fueron parte vital para la economía holandesa, su principal fuente fue el comercio con oriente, así empezó la etapa del colonialismo holandés con la iniciativa de la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales, una empresa privada en coalición con el gobierno holandés. Carl Sagan afirmó esta compañía tanto como sus labores económicas fue la sangre vital de la república[3]. Así, las materias primas de los lugares donde colonizaran serían exclusivamente holandeses y no tendrían que pagar alguna especie de impuesto de aranceles, porque al final de cuentas el objetivo la visión era producir y vender, pero no comprar. “Se fundarían colonias o factorías, se evangelizaría a sus habitantes y se iniciarían relaciones comerciales con los nativos” (Gilsanz 66).
Estas campañas de expansión empezarían por Asia en la llamada Isla de las especias, hoy conocida como Islas Molucas en Indonesia. Posteriormente tendrían colonias en Norteamérica, Sudamérica, el sur de África, así como en la India y en Oceanía. Para en este punto se creo una nueva compañía que se encargaría de los territorios del lado occidental americano, esta empresa llevó por nombre Compañía Neerlandesa de las Indias Occidentales. Todo esto en el tramo que comprende la primera mitad del siglo XVII. Autores como Tenenti o Gilsanz ponen al siglo XVII como la época dorada de Holanda y la Federación de las Provincias Unidas.
[adinserter name=”adpv”] Mientras que Francia tenía problemas como la revocación del edicto de Nantes, a la vez que España sufría de fragilidad en la estructura estatal, Holanda lograba solucionar sus conflictos, también se formó un nuevo orden político como el levantamiento de la clase mercantil, ahora la riqueza es quien determinaba la posición social y no un parentesco sanguíneo ni nada por el estilo.
El crecimiento de Holanda, tanto como de los Países Bajos no solo se debió a la fuerza marítima ni a su mercantilismo, dentro de los territorios neerlandeses la industria y la agricultura estaban floreciendo a la par. También su éxito se debe a su efectiva organización política.
Conclusión:
En el caso de Holanda, estas ideas permearon dentro de su cultura como en sus estratos políticos y económicos, claramente fueron parte de la mentalidad que estos adoptaron, permitiéndoles progresar. Quizás bajo los preceptos de otra religión Holanda no hubiera logrado convertirse en la potencia en auge económico del siglo XVII ni tampoco hubiera gozado de su siglo dorado.
Las ideas calvinistas principales por las cuales Holanda se dejó influenciar son las antes mencionadas “El hombre tan solo es el administrador de los bienes que Dios le ha otorgado”, “En los temas de interés del calvinismo preponderaban el comercio exterior, el aumento y la medición del bienestar ciudadano, cuestiones de dinero y el crédito, problemas de banco y seguros, aparecían en primer plano”.
También en base a las fuentes y a interpretación, la situación de Holanda fue prolífica económica y políticamente hablando, supieron aprovechar los huecos que potencias como España y Portugal habían dejado supliendo sus roles, así como priorizar la industria nacional y la exportación de sus productos antes de la compra de materia prima extranjera. Este sistema de trabajo logró un balance económico durante gran parte del siglo XVII mostrando un sistematización interna y colonial más eficiente que la de España, por ejemplo, donde se explotaban los metales preciosos y las materias primas para compensar las perdidas en el territorio nacional europeo.
Autor: Jesús Dolores Villanueva Hernández para revistadehistoria.es
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Bibliografía
Cervantes, L. “La ética calvinista: una introducción a sus aspectos teóricos y prácticos.”
Teología y cultura diciembre 2007: 41.
Gilsanz. “El imperio comercial holandés en el siglo XVII.”
Revista de Estudios Económicos y Empresariales 2007: 66-66.
Müller. Religión y economía en los siglos XVI y XVII.
S/L: S/E, S/A.
Sagan, C. “Carl Sagan habla de la Holanda del siglo XVII”. Video online. Youtube. Youtube. 31 mar. 2015. Web. 10 jun. 2020. https://www.youtube.com/watch?v=SVoOJ_oqoDA
Tenenti. De las revueltas a las revoluciones.
Barcelona: Crítica, 1999.
Tenenti. La edad moderna siglos XVI-XVIII.
Barcelona: Crítica, 2000.
Weber. La ética protestante y el espíritu del capitalismo.
Tlahuapan, Puebla: Premia, 1991.
[1] Müller. Religión y economía en los siglos XVI y XVII.
S/L: S/E, S/A.
[2] Cervantes, L. “La ética calvinista: una introducción a sus aspectos teóricos y prácticos.”
Teología y cultura diciembre 2007: 41.
[3] Sagan, C. “Carl Sagan habla de la Holanda del siglo XVII”. Video online.
Youtube. Youtube. 31 mar. 2015. Web. 10 jun. 2020.
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