La informática portátil cumple 30 años cambiando de cara

Publicado el 05 abril 2011 por Jjsosa @sosaweb

En 1981, el ordenador Osborne-1 fue el primer portátil con éxito comercial. Hoy, las tabletas están cambiando este mercado

El ordenador portátil, como producto comercial de éxito, cumple 30 años. Tiempo más que suficiente para que un dispositivo informático haya alcanzado su esplendor en todo tipo de desarrollos, formas y aplicaciones. El Osborne-1, que marcó el inicio de la era de la informática portátil, nació en abril de 1981 y, aunque su capacidad puede resultar ahora ridícula debido a que cualquier smartphone básico le da hoy mil vueltas, en aquel entonces fue una verdadera revolución. El concepto de ordenador portátil supuso un avance destinado a cambiar el modo de usar la informática y ha conseguido su objetivo, pese a enfrentarse hoy a su posible extinción.

Este “pequeño” ordenador, desarrollado por Osborne Computer Corporation, se presentó en sociedad en la Feria de Informática de San Francisco de 1981 y su precio era de 1.795 dólares. Una cantidad que entonces suponía un capricho bastante caro, aunque asumible para muchas empresas para un equipo de estas características. Aunque se anunciaba como un ordenador portátil, en realidad pertenecía a la categoría de equipo “portable”, ya que su peso solo permitía que se pudiera mover de un lugar a otro, pero no trabajar con él en cualquier lugar y menos sobre las piernas. Sin embargo, seis años antes, IBM ya había presentado el 5100, un ordenador ‘convertible’, a medio camino entre portable y sobremesa, pero cuyo éxito comercial fue más limitado debido a su precio, entre 9.000 y 20.000 dólares.

Con el Osborne-1 era necesario que el propietario tuviera bastante fuerza física, ya que el equipo pesaba cerca de once kilos, un peso que contrasta con los poco más de 600 gramos que pesa hoy una tableta. Además tenía una capacidad de 64 Kbytes de RAM, algo que entonces era suficiente para todos los procesos informáticos, pero que hoy no serviría ni para arrancar el móvil más básico. Utilizaba el sistema operativo CP/M, que se considera el primer sistema para microordenadores, además de integrar el predecesor Zilog Z80 a 4 MHz; hoy los portátiles más básicos superan los 2 GHz de velocidad. Su pantalla CRT era de 5 pulgadas, un tamaño similar a la de la pantalla de la consola portátil PSP de Sony. Además, integraba dos disqueteras de discos de 5,25 pulgadas y no tenía batería.

Pese a que pueda parecer hoy poca cosa, el equipo de Osborne supuso un éxito de ventas en los dos años que estuvo a la venta, llegando a generar una enorme facturación para la compañía hasta 1983. Sin embargo, lo que aconteció después del éxito de este equipo en la economía de esta ‘start up’ ha supuesto la acuñación de una expresión entre los fabricantes de productos informáticos. El conocido como “efecto Osborne” se aplica cuando el anuncio de un producto futuro hace que caigan las ventas del modelo actual. Algo que ocurrió cuando se anunció el Osborne Executive y el Vixen, a lo que se sumó la feroz competencia con los equipos de Kaypro Corp, mejores y más baratos, llevando a la empresa a la quiebra en 1985.
El inicio de una era…

Pero el éxito comercial del Osborne-1 fue rápidamente imitado y lógicamente superado en cuanto a sus capacidades y funcionalidades. A medida que los equipos se han ido reduciendo en tamaño y peso, han aumentado en capacidad y potencia, obedeciendo estrictamente a la ley de Moore.

Desde el prototipo de Dynabook de 1972, hasta el iPad 2 muchos son los hitos que han labrado la historia de los portátiles. Al Osborne-1 le siguió una máquina de Epson, el HX-20, que ya tenía pantalla LCD, batería recargable e incorporaba una impresora. Los años ochenta marcaron la aparición de los primeros portátiles en forma de concha, donde la pantalla se cerraba sobre el teclado. Hacia el final de la década, ya incorporaban disqueteras más reducidas, para discos de 3,5 pulgadas y en 1991 se introdujeron las pantallas en color y ratones integrados para la señalización en pantalla. Además, al inicio de la década de los noventa, Intel creó una línea especial de procesadores destinados a gestionar mejor los recursos energéticos en los ordenadores portátiles y, tras el tropiezo del Macintosh Portable, Apple inició su gama PowerBook, gen de los actuales y codiciados MacBooks.

Las pantallas de mayor resolución, el aumento en la capacidad de los discos duros y la velocidad de los procesadores y la introducción de unidades ópticas para discos CD y DVD consiguieron que en 2000 los portátiles comenzaran a ser máquinas suficientemente preparadas para sustituir a equipos de sobremesa en el hogar o la oficina. A lo largo de la primera década del nuevo siglo, las ventas de los portátiles han superado a las de los PC de sobremesa y la carrera por la miniaturización de los ordenadores ha llevado al desarrollo de los actuales netbooks y tabletas, todos por debajo de un kilo de peso y muchos más potentes que algunos ordenadores de sobremesa.
… y su ocaso

Pese a que los portátiles hoy se venden desde 200 euros aunque comenzaron costando miles de dólares, la venta de estos equipos está en caída libre debido a la fuerte entrada en el mercado de las tabletas. Tanto es así, que analistas, expertos y el propio Steve Jobs ya se empieza a hablar de la era “post-PC”. A este nuevo concepto está contribuyendo también la penetración de los teléfonos móviles inteligentes, cuyas funciones los asemejan a ordenadores, y la llegada de los sistemas operativos móviles, como iOS o Android, y sus correspondientes tiendas de aplicaciones.

Pese al éxito de las tabletas, que se presentan hoy como el futuro para la informática portátil, aún están en marcha ideas que pretenden potenciar el mercado de los ordenadores portátiles. La mayoría de fabricantes aseguran tener preparados próximos miniportátiles con el sistema operativo de Google, Chrome OS. Además, otros fabricantes trabajan también en diferentes modelos de portátiles con doble pantalla táctil. IBM ha desarrollado un portátil que se controla con el movimiento de los ojos y la última idea loca en llegar es la de la compañía alemana Orkin Design, que ha diseñado y patentado un ordenador enrollable que integra, en una única pieza, una CPU, una pantalla y un completo teclado.

Fuente: Publico.es