La ingeniera que conquistó la Bauhaus, Marianne Brandt (1893-1983)
Por Sandra
@sandraferrerv
Lámparas, ceniceros, teteras que hoy en día utilizamos pensando que son diseños actuales son en realidad herederos del genio diseñador de una mujer que se coló en un mundo de hombres. Marianne Brandt fue la primera mujer en dirigir el Taller de Metal de la Escuela de la Bauhaus, a pesar de las reticencias de sus compañeros. Ingeniera industrial, fotógrafa, pintora, Marianne Brant fue una mujer inquieta que se pasó toda su vida inventando objetos útiles y plasmando la realidad de su tiempo. Algo que sus colegas masculinos no siempre se lo pusieron fácil.
Marianne Liebe nació el 1 de octubre de 1893 en la ciudad alemana de Chemnitz.
Marianne inició sus estudios de pintura y escultura en 1911 en la Escuela Superior de Bellas Artes de Weimar. En 1919 contrajo matrimonio con el pintor noruego Erik Brandt, del que se divorciaría en 1935 tras un largo período de separación. En aquella primera etapa de su vida profesional, Marianne se dedicó principalmente a la pintura hasta que ingresó en la Bauhaus en 1923. La Bauhaus fue una escuela multidisciplinar fundada en 1919 por Walter Gropius en la que se dieron cita arquitectos, diseñadores y artistas de todo tipo. Las pocas mujeres que se incorporaban a la Bauhaus ingresaban en los talleres textiles o cerámicos. Pero Marianne fue la primera mujer en aprender y trabajar en el Taller del Metal donde tuvo como maestro al diseñador húngaro László Moholy-Nagy a quien sustituyó en el cargo de director del taller del metal en 1928. Que una mujer liderara dicho taller no fue del agrado de algunos miembros de la Bauhaus y las presiones harían que no durara mucho tiempo en el cargo. En su paso por la Bauhaus, Marianne diseñó algunos de los objetos más conocidos como un juego de café y té, ceniceros y lámparas cuyas formas continúan siendo vigentes gracias a su funcionalidad y su diseño sencillo.
Marianne Brandt abandonó la Bauhaus en 1929 y se marchó a trabajar con Walter Gropius en su estudio de Berlín y con la firma Ruppel en Gotha donde permaneció hasta 1932. La llegada del nacionalsocialismo fue una época complicada para Marianne quien no encontró un trabajo estable como ingeniera industrial. Por necesidad, que no por convicción, en 1939 aceptó formar parte de la Reichskulturkammer, una organización nazi de artistas.
Terminada la guerra, Marianne se ganó la vida durante muchos años como profesora en Dresde y Berlín. En los años setenta se trasladó a vivir a la República Democrática Alemana y recuperó su faceta de fotógrafa que también había desarrollado en sus años de juventud cuando inmortalizó a las mujeres en la época de entreguerras y el papel que ejercieron dentro de la Bauhaus. Marianne fue pionera en el uso de la fotografía para inmortalizar naturalezas muertas. Realizó también preciosos autorretratos dando enfoques muy diferentes e innovadores de su propia imagen.
Marianne Brandt falleció el 18 de junio de 1983 a los ochenta y nueve años de edad en Kirchberg, Alemania.