La patronal española ha realizado una propuesta-sonda en la que proponía el establecimiento de un contrato de trabajo para jóvenes en la cual no había derecho alguno para los trabajadores ni obligación alguna de las empresas: los jóvenes menores de 30 años trabajaban un año por el salario mínimo interprofesional (630 euros mensuales) y sin cotizaciones a la seguridad social ni derecho al desempleo ni indemnizaciones por despido.
No quiero entrar en los aspectos laborales de la propuesta, que me parecen indecentes y que a los únicos que califican es a quien realizan tamaño despropósito en forma de propuesta. Todavía pretenderán que haya diálogo social y todo.
Quiero resaltar el aspecto social que esconde el considerar que la juventud mejor formada de la historia de nuestro estado trabaje sin ningún derecho social y con un sueldo de mierda que impide cualquier planteamiento de futuro emancipador. Vengo sosteniendo desde hace tiempo (los asiduos lo saben) que el verdadero drama de la generación que nos sigue es que será la primera que viva peor que la precedente. Un motivo más para morirnos de vergüenza.
Si para la patronal española, el acceso al mercado de trabajo de los jóvenes presupone que estos no puedan ni siquiera pensar en acceder a un sueldo digno, a la posibilidad de emanciparse, de formar una familia, en definitiva de que éstos puedan diseñar su futuro con unas mínimas garantías, la situación desde un punto de vista social es tremendamente preocupante.
Porque esos jóvenes (recordemos que la propuesta era hasta los treinta años) formados y reformados, con siete máster del universo a la espalda, o no, están viendo como sus aspiraciones vitales se están yendo por las alcantarillas del sistema.
Y no habrá sociedad que aguante cuando éstos, de una puta vez, decidan tirar la puerta abajo.
Despertad, organizaos y luchad. Que os arrebatan el futuro:
Tranquilo, no te pongas nervioso, tranquilo
Tranquilo majete en tu sillón
Tranquilo majete en tu sillón
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