Digámoslo. La inmersión lingüística catalana es una fábrica de desafección. Está diseñada y concebida para deshacer la trama de afectos que debería ser España. Su objetivo último no es enseñar catalán, sino incrustar en los escolares un perfil patriótico, separar lo catalán de lo español. De la escuela salen, primero, catalanes. Y con el resquemor antiespañol incorporado. De eso va, fundamentalmente, la inmersión lingüística catalana.
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