Revista Cultura y Ocio

La inmortalidad es posible, solo hay que evitar morir de cáncer.

Publicado el 31 octubre 2015 por Debarbasyboinas @DeBarbasYBoinas

Somos humanos, y aunque muchas veces lo olvidemos, no somos perfectos. Tenemos un fallo de diseño fundamental, cuando nuestro ADN se replica, se pierde un fragmento. Esto ocurre cada vez que el ADN se replica, sería incompatible con la vida si no fuera porque tenemos los telómeros.

Los telómeros son la parte final de nuestro cromosoma y aunque es ADN, no contiene información que se traduzca en proteínas. Es una larga repetición de nucleótidos que protegen a la parte del genoma que sí codifica proteínas. De esta manera, cada vez que una de nuestras células se divide, se pierde un fragmento de este telómero sin repercusión para la célula ¿Pero qué ocurre cuando se acaba el telómero?

En ese momento, con cada división se perderían genes importantes y la célula empezaría a tener comportamientos extraños, y en algunos casos peligrosos. Para evitarlo, está la proteína P53, que induce el suicidio celular. De esta manera, antes de que esta proteína se active una célula normal solo puede dividirse 50 veces. Pero si esto fuera así, nuestros hijos tendrían menos genoma que nosotros y nosotros menos que nuestros padres. Para evitarlo, está la enzima telomerasa, que alarga los telómeros para que la célula se pueda seguir dividiendo infinitas veces, pero solo está presente en la línea germinal, y en las células madre. Al descubrirse esta proteína, podemos pensar “Genial, ahora solo hay que introducirla en todas las células del cuerpo, y no envejeceremos”.

Ojalá, pero no es tan fácil. Las células con un mal funcionamiento que tuvieran telómerasa, se podrían dividir infinitamente provocándonos un tumor, cáncer. Si no fuera por este ínfimo detalle y pudiéramos inducir la producción de telomerasa en todas las células, podríamos vivir eternamente, no solo eso, seríamos jóvenes eternamente, al menos en teoría. Con ello eliminaríamos de un plumazo todas las enfermedades asociadas a la vejez como el párkinson o  el alzheimer.

Nos encontramos ante un momento crucial. Si se consigue prevenir el cáncer, o curarlo cuando aparezca, sin recurrir a la eliminación de las telomerasas, nos encontraríamos con un explosivo e impredecible aumento en la esperanza de vida, además, de vida de calidad. Por desgracia, al menos de momento, el riesgo supera a las ventajas. ¿Para qué quieres no envejecer si vas a morir joven?

En cualquier caso, está bien reflexionar en el porque de esto. Este “fallo de diseño” se debe a que la evolución no ha preparado para que nos desarrollemos hasta el momento en el que nos reproduzcamos. Más allá de este punto, la evolución no nos ha preparado, incluso en ocasiones, nos perjudica. Por suerte nos ha dado un cerebro con el que suplir dichos fallos.

Orson López


La inmortalidad es posible, solo hay que evitar morir de cáncer.

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