La innombrable guerra de los Anderson

Publicado el 02 octubre 2012 por Fimin

02 de Octubre del 2012 | etiquetas: Crítica Twittear

Mientras "Resident Evil: Retribution" se divierte con el 3D, "The Master" se ríe de la religión. Con tan inclasificable comparación abre fuego Armond White en su artículo de City Arts, la prestigiosa revista sobre crítica cultural neoyorkina que ha tenido la osadía de reivindicar el cine de Paul W.S. Anderson a costa de cargarse el de P.T. Anderson. Un irrisorio debate del que nos hacemos eco tras incluir Christoph Huber a Paul W.S. Anderson (con mucha mayor destreza constructiva, todo hay que decirlo) entre los 50 mejores directores menores de 50 años de la actualidad, una elección que no pasó desapercibida a ojos de nuestros filmers, y que ahora llega a su extrema catársis de la mano de Armond White. Os dejamos con la innombrable guerra de los Anderson.

Así es, hay quien tiene el descaro de empezar por atentar contra el (supuesto) poco imaginativo uso del 3D en "Hugo" para enardecer el empleo que Paul W.S. Anderson hace de la tecnología tridimensional en su último "Resident Evil: Retribution" alegando que "las composiciones de Anderson absorben por completo el alto y ancho de la pantalla para mantener nuestra mirada ocupada en abarcar toda su expansión al mismo tiempo que nuestra visión se sumerge con absoluta profundidad y emoción, mientras que Scorsese se conforma con intentar recuperar las irrelevancias de una cinefilia anquilosada".

Pero aquí no acaba la cosa, más bien empieza, porque la misión del neoyorkino Armond White, no es comparar el cine de Paul W.S Anderson con el de Martin Scorsese tanto como hacerlo con el de P.T. Anderson: "Es hora de encumbrar al director de "Resident Evil" como uno de los talentos del cine contemporáneo más emocionantes y estimulantes que, como mínimo, merece una clarificadora comparativa con el fraudulento e irritante Paul Thomas Anderson, cuyo "The Master" se estrenaba el pasado fin de semana en  USA junto al último "Resident Evil".

Según el provocativo Armond White; "Es inevitable comparar las ambiciones artísticas de P.T con el éxito artístico de W.S. Sus diferencias inmediatamente nos revelan como un pseudo-serio artista indie fracasa en trasladar el impacto estético y emocional del oficio comercial. "The Master" no es más que una débil, nihilista y miserable presunción de la historia cultural mientras que la fantasía futurística de "Resident Evil: Retribution" convierte el nihilismo en Pop apocalíptico".

Y sigue con su particular comparativa. "Paul Thomas Anderson rueda grandes películas que evocan la épica de los grandes estudios en los 60', una épica que, precisamente, no han vivido ni expereimentado los cinéfilos geek de hoy día, por lo que sus herramientas se revierten en inútiles para una afecciones publicitadas a bombo y platillo por un charlatan de marca. En cambio, Resident Evil: Retribution no vende grandes ideas, ni mucho menos, controversia. Su misión la cumple a la perfección, y ésta no es otra que continuar con ritmo ascendente la adaptación del videojuego que ya ha realizado tres veces con gran éxito. El gusto que Anderson tiene por la excitación kinética que unen el cine con el videojuego, le inspira para revertir las convenciones del videojuego en idealizados mitos del pop. Ideas serias sobre nuestro destino entrópico son utilizadas para confirmar la positiva voluntad de la resistencia de la humanidad en la piel de nuestra fortalecida Alice (una atlética y emotiva Mila que coge el testigo de Sigourney Weaver y la Teniente Ripley para mostranos una convincente dulzura maternal con interior tangentemente aterrador). Esta lección universal se contrapone al cinismo de "The Master", en el que la vacua trama de P.T. alude a notorias creencias religiosas para particularizar su exposición con el pesimismo que envuelve la neurosis actoral de Quell y Dodd".

Y no contento con semejante barbarie comparativa, Armond White sigue a la suya: "Mientras Resident Evil: Retribution recupera nociones populares sobre la distopía y su director se divierte experimentando con el 3D y logrando un gran impacto a través de su inolvidables primera y última escena, P.T. Anderson únicamente se preocupa de impresionar a los críticos. Toda esa cortina de humo que se ha montado acerca de su rodaje en 70 mm no significa nada en la era del cine digital  y no hace más que alabar la ignorancia que este supuesto artista muestra hacia la cinematografía. Los cinéfilos inteligentes deberían fijarse en la estética de Paul W.S. y no en la de P.T.".

Finalmente (y por fin) conluye el artículo despidiéndose con otra de sus 'grandes revelaciones': "El ampuloso cinismo de The Master define a la perfección los peores aspectos de la era anti-religiosa que vivimos y su solemne audacia resulta poco convincente (un show de moda que baila al son de Ella Fitzgerald y un número musical con mujeres desnudas que evocan "Eyes Wide Shut" son dos de las secuencias más banales y vergonzosas en la historia del cine reciente). En cambio, la diversión y fascinación del Resident Evil: Retribution" de Paul W.S. Anderson demuestra el trabajo de un verdadero artista cinematográfico transformando una franquicia de género con abrumadora novedad visionaria".

En fin, para gustos...¿los colores?. Cada uno que saque sus propias conclusiones, si es que las tiene.