Revista Arte

La inocencia, el espurio interés, la concentración maléfica y el Arte.

Por Artepoesia
La inocencia, el espurio interés, la concentración maléfica y el Arte.La inocencia, el espurio interés, la concentración maléfica y el Arte.
La seducción taimada a la inocencia, representada ésta en el cuadro de Vermeer (1632-1675) por la dama, es una de las más ruines formas de seducción. En esta pintura Vermeer nos presenta un escenario equilibrado y sobrio, seguro y confiado, donde el caballero simboliza la morada del interés desalmado. No hay ninguna sensualidad en la imagen de ella, sólo se intuye. Es la jarra del caballero y la copa de ella las que simbolizan la desmesura y la eventualidad del momento. Hay una silla enfrente de ella, se supone que la utilizada por el caballero con su laud, que se vislumbra algo.
La atmósfera de la habitación es de una misteriosa sencillez. La ventana abierta nos ofrece la imagen de su vidriera, ésta representa la Templanza a través de sus atributos: la escuadra -el obrar recto-, y la brida -la represión de los afectos-. Pero la seguridad que manifiesta la expresión del caballero hace pensar que el pintor deseaba marcar en éste el poder oculto de la escena. Así es, él mantiene la jarra en clara actitud decisiva y tajante contra la dama que, sumisa y entregada, realiza el acto al que ha sido invitada. 
La pintora austríaca Friedl Dicker (1898-1944) compuso un remedo del mismo cuadro en 1943 mientras se encontraba recluida en un getto de la Segunda Guerra Mundial. Acabó sus días sin embargo en Auschwitz. En el getto de Terezin (República Checa) aprovechó para enseñar a los niños recluidos el Arte. De no haber fallecido entonces hubiese sido una de las grandes figuras pictóricas del siglo XX.
(Imagen del cuadro "Dama bebiendo con un caballero", de Vermeer, 1659, Museo de Berlín; Cuadro de "Estudio sobre Vermeer...", de Friedl Dicker, Museo Juif, Praga.)

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