La filtración de los cables con los que la diplomacia (sarcasmo) de EEUU cuenta sus relaciones con los gobiernos de medio planeta auguran un cambio mucho más profundo de lo que podamos percibir en la actualidad.
En lo sustancial hay una diferencia. Poca gente (por no decir nadie) duda de que, por ejemplo, Marruecos es una dictadura corrupta comandada por un sátrapa en cuyo entorno se dan casos de corrupción infinitos. O que el gobierno afgano está lleno, desde el Presidente al último ministro, de una banda mafiosa que rivaliza con el gobierno ruso en ver quien es más delincuente. Que Berlusconi es otro mafioso que además ni se molesta en disimular las orgías. O que este mundo funciona con una doble moral hipócrita donde hay un gobierno que manda y los demás se arrodillan y obedecen.
Todo esto ya lo sabíamos. Pero nos hacíamos los locos. Disimulábamos las bambalinas y pasábamos rápido a la sección de deportes. incluso hacíamos algún esfuerzo para creer que algunos anteponían los derechos humanos a otros intereses. Queríamos creerles.
Wikileaks nos ha desnudado a todos. No al imperio solamente. Si no a cada uno de los ciudadanos que poblamos este miserable planeta que tenemos un poco de conciencia. Porque ya no nos vale escudarnos en la ingenuidad perdida, en la amnesia forzada o simplemente en cerrar los ojos.
Wikileaks nos está contando como funciona este mundo. Nos dice que vivimos una farsa de democracia donde el voto no es más que un atrezzo del decorado.
Wikileaks nos pone en la tesitura de cerrar los ojos o denunciar a todos estos hijos de puta que nos roban la inocencia.
Yo denuncio.
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Nota. A estas horas, la presión contra wikileaks en la red ha llevado a suspender su dominio .org. Ahora puedes entrar en Wikileaks en esta dirección: http://46.59.1.2/
Convirtamos cada enlace, cada twitter, cada blog, cada perfil en una red social en su altavoz.
O cierra los ojos.
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