La insoportable “viga” en el ojo propio.

Publicado el 08 septiembre 2017 por Santamambisa1

Por Arthur González.

Desde 1960 los norteamericanos están impedidos de viajar a Cuba, por prohibición expresa de su gobierno a expensas de severas sanciones legales. Durante muchos años los pasaportes de los estadounidenses tenían impreso un sello que señalaba la prohibición de viajes a un numeroso grupo de países, que con el tiempo se han reducido, permanecido Cuba como casi el único lugar de este mundo vedado para los yanquis.

Esta prohibición se eliminó por poco tiempo durante el gobierno del presidente James Carter, pero pronto se retrocedió a la vieja prohibición, al percatarse que los que regresaban de la Isla contaban historias diferentes a las que escucharon antes del viaje, demostrándose las mentiras y tergiversaciones que hacían los mafiosos de Miami. Todo se mantuvo en el mismo limbo hasta que asumió la presidencia Bill Clinton, quien estableció el llamado “tendido de puentes” o programa “People to People”, que pretendía influir en los cubanos para que cambiaran de sistema político. Pero por supuesto, ante tanta falsedad y veneno inyectado desde Miami, los norteamericanos volvían con otra imagen de Cuba, de sus logros y defectos, pero muy alejada del infierno pintado antes de ver con sus propios ojos la realidad cubana.

Llegó el turno de George W. Bush, quien de golpe y porrazo recrudeció los viajes, incluso de los nacidos en la Isla. Fue a tal extremo que hasta recalificó el concepto de familia, desconociendo la línea sanguínea que tiene establecido el mundo desde su creación divina. No obstante, dejó un resquicio para el tema subversivo y en su conocida Acta de la Comisión para una Cuba Libre, quedó definido que solo se le concederían licencias especiales para viajar a Cuba a aquello norteamericanos que lo hicieran cumpliendo los objetivos que persigue el gobierno norteamericano, derrocar a la Revolución.

Pero aquí la historia que siempre se repite, unas veces como comedia y otras como tragedia, demostró una vez más que las mentiras y tergiversaciones made in Miami, no funcionan bien y la influencia de “vista hace fe” es más poderosa que los cuentos, campañas mediáticas y amenazas que reciben de la mafia anticubana. En tanto, las licencias otorgadas por el gobierno van en aumento, pero la pretendida influencia norteamericana es muy escasa y por el contrario se multiplican los que pueden palpar directamente los avances del proceso revolucionario y los efectos cada vez más visibles del medio siglo de la criminal Guerra Económica impuesta por EE.UU.

Ante el efecto negativo que todo esto tiene para la irracional política norteamericana, y darse cuenta los que pueden visitarnos, que su libertad de viajar se encuentra encadenada por obra y presiones de la derecha mafiosa de Miami, la solicitud de licencias se han multiplicado con cualquier pretexto.

Por tanto, ante el incremento de ciudadanos norteamericanos que viajan semanalmente a Cuba, la actual administración de Barack Obama, ante las próximas elecciones, ha tenido que someterse una vez más a las presiones de la mafia anticubana y a través de la Oficina de Control de Activos Extranjeros, del Departamento del Tesoro, emitir un comunicado donde informan que se redoblarán las medidas para supervisar los viajes a Cuba, con multas de 65 mil dólares y la suspensión de la licencia, pues las visitas no pueden tener carácter turístico, o sea no se les permite que durante los programas aprobados tengan un tiempo libre. Pero para que nadie tenga dudas, la actual resolución fue demandada nada menos que por el Senador Marco Rubio, flamante miembro de la mafia anticubana de Miami.

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Por: Marcos Torres.

Llegan los primeros reportes del paso de “Irma” por el oriente cubano.

Amigos de las redes comparten las fotos y ciertamente se aprecia la violencia de la naturaleza, que arrecia contra nuestro país. Se cuenta que lo que más ha golpeado han sido las inundaciones costeras y los vientos fuertes, sobretodo en Baracoa (otra vez Baracoa).

También se reciben noticias de los cooperantes y colaboradores cubanos en la región del Caribe que hoy trabajan por restablecer la atención médica en los lugares más necesitados allí donde la desgracia de haber nacido pobres, en ex colonias europeas, pasa factura todos los días. Y los cubanos de pie, brindando la mano solidaria cubana en donde hace más falta. De hecho yo no me sorprendería si después del paso del huracán un nuevo grupo de la “Henry Reeve” sea enviado a prestar ayuda a los pueblos necesitados del Caribe.

Ahora bien. Acabo de ver en la cuenta oficial del presidente de los EEUU una alocución de él mismo hablando al pueblo norteamericano, donde expone que (irma) “Es una tormenta de absoluto potencial destructivo histórico” (WTF!!!!!!????) y que “cuando sea oportuno, lo vamos a restaurar, recuperar y recontruir juntos como americanos” (subrayo: “como americanos”). Plantea que desde   Texas hasta Luisiana, desde Florida hasta Puerto Rico y las Islas Vírgenes Estadounidenses, vamos a soportar y volveremos más fuertes que nunca.  En la alocución además señaló dos veces, como para convencerse el mismo, la unidad del pueblo nortamericano.

Me pregunto de qué está hablando, cuando a los puertorriqueños todavía no les han enviado la ayuda necesaria y las empresas allí ya se están cuestionando la rentabilidad de prestar ayuda y además están en bancarrota y dudo que las autoridades puertorriqueñas tengan un sistema de defensa civil o de enfrentamiento a los desastres naturales que se precie de ser medianamente eficiente, si tenemos en cuenta que precisamente hacen falta recursos  para responder ante tales desastres, recursos de los que precisamente hoy el pueblo puertorriqueño no dispone.

¿Saben como responde el gobierno de Trump ante el evento realmente? Pues: enviando dos navíos de guerra con 700 marines dicen que para ayudar a la FEMA en las misiones de recuperación.

Lo anterior me recuerda lo que pasó hace unos años con el terremoto en Haití: ¿ayudar?… ¡ni cohete!.

No basta tampoco con que “celebrities” como Ricky Martin envíen sus “recuerdos” al pueblo puertorriqueño. Eso no les va a devolver la corriente eléctrica (que se perdió en casi el 70% de la isla y se estima que demore meses en restablecerse por completo), ni el agua potable ni la comida.

Después de Irma siga su curso hacia el norte y en Cuba se comience la fase recuperativa, también comenzarán los sicarios de la información dentro y fuera de la Isla a descalificar los esfuerzos del estado cubano por resolver los problemas que acarrea este desastre natural. Eso téngalo por seguro.

Los grandes medios se olvidarán una vez más de lo que pasa en Puerto Rico y centrarán su atención en los desastres de otros lares (causados por ellos mismos) para pretender una libertad de expresión fingida y olvidar así la viga en el ojo propio para buscar la paja en el ajeno.

No obstante acá estamos pá’ lo que venga sea Irma o sea Trump.


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