La inteligencia artificial puede ser la que finalmente nos ayude a salvar el planeta (aunque la ciencia ficción diga lo contrario).
Y es que no podemos negar que la humanidad está teniendo un impacto innegable en el mundo natural. La creciente demanda de recursos (tanto naturales como energéticos) está generando cambios en el uso del suelo, pérdida de biodiversidad y contaminación.
El cambio climático es evidente, las temperaturas aumentan y se tornan inestables, en algunos países hay problemas de disponibilidad de agua, lo que genera impactos en los ecosistemas humanos y naturales. La creciente atención mundial está conduciendo a un aumento de las regulaciones, una investigación más profunda y el despliegue de tecnologías avanzadas de detección y mapeo.
Sin embargo, conectar los puntos para obtener mejores perspectivas y soluciones es difícil porque la información relevante a menudo está aislada y los responsables de la toma de decisiones siguen manejados por importantes empresas.
¿Qué es la inteligencia artificial o tecnología cognitiva?
La inteligencia artificial (IA) brinda a las máquinas la capacidad de aprender de la experiencia a medida que incorporan más datos y realizan tareas como los humanos.
Las máquinas con estas tecnologías avanzadas están capacitadas para completar tareas similares a las humanas mediante el procesamiento de datos y el reconocimiento de los patrones dentro de ella.
La buena noticia es que hay más información que nunca sobre el medio ambiente. Hoy es posible llegar a información recopilada por diferentes voluntarios y voluntarias de diversas partes del planeta, contribuyendo a la creación de un sinfín de aplicaciones, bibliotecas, material y estudios destinados a promover nuevas conductas, a la educación ambiental y a la conservación.
Tal como nos cuentan en la web de 1and1, toda esta información, gracias a la Inteligencia artificial o tecnología cognitiva desarrolla una serie de algoritmos que permite prever y calcular las medidas necesarias para apalear las nuevas dificultades que se nos presentaran en el futuro.
Cómo la inteligencia artificial está demostrando ser un gran aliado en la protección del planeta:
- Mejor conservación de los recursos naturales. Al combinar imágenes satelitales, sensores y aprendizaje automático, las empresas y los gobiernos están reduciendo el uso de agua en sus operaciones y señalando las variables que conducen a una mejor salud del suelo. Una bodega creó un sistema de riego cognitivo que puede suministrar agua de manera local, hiperlocal, automatizada y autoajustable, lo que ayuda a reducir el consumo de agua en un 25 por ciento en tres años.
- Detección temprana de contaminación. Están ayudando a las organizaciones a identificar las fuentes de contaminación de manera más rápida y precisa, ya sea la contaminación del aire o las fugas de metano. Esto permite acciones de mitigación más específicas que son mejores para el medio ambiente.
- Acelerar las opciones sostenibles. La tecnología cognitiva está acelerando elecciones de energía y productos más sostenibles para los consumidores. Una de las mayores barreras para el uso generalizado de la energía renovable ha sido la precisión del pronóstico. No solo es difícil predecir cuánta energía renovable estará disponible en un momento dado en un día determinado, sino que las granjas solares y eólicas están agregando a la oferta (a la vez que disminuyen su propia demanda), haciendo que la previsión sea más difícil. Al combinar modelos avanzados de pronóstico del tiempo con capacidades cognitivas de autoaprendizaje, una compañía de energía con sede en Vermont está desarrollando un pronóstico de energía renovable más preciso y automatizado para energía solar y eólica.
La tecnología cognitiva también puede ayudar con el cumplimiento de la regulación ambiental, un primer paso importante hacia una mayor transparencia y opciones de productos más ecológicos para los consumidores. Las plataformas de inteligencia artificial equipadas con capacidades de lenguaje natural pueden leer grandes bloques de texto normativo y extraer obligaciones esenciales, como un requisito local para una etiqueta específica en un producto.
- Aprender de los ecosistemas de la naturaleza. Los responsables de la formulación de políticas y las empresas que gestionan los recursos naturales se enfrentan a un desafío cada vez más difícil para desarrollar dichos recursos de forma sostenible a medida que cambian con el tiempo. No siempre está claro cómo un solo factor estresante, como el escurrimiento de sal de las carreteras, afecta a un ecosistema natural, y mucho menos múltiples factores estresantes. Las evaluaciones ambientales a menudo se recopilan manualmente a lo largo del tiempo, lo que hace que sea más difícil identificar y controlar la causa y el efecto.
Si esta tecnología se aplica con fines benévolos para poder optimizar nuestros recursos naturales y disminuir el impacto de nuestra “humanidad”, sería una interesante manera de implicar a la tecnología en la lucha por un mundo mejor (aunque suene a utopía).
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