La inteligencia emocional

Por Kalakas @KalakasFactory

¿Sabías que si potencias que tu hij@ hable acerca de sus sentimientos le estarás equipando para que sea inteligente emocionalmente? La inteligencia emocional es un factor determinante en el desarrollo de personas equilibradas y felices, así como una gran impulsora de éxitos en el trabajo y las relaciones personales.

El Consortium for Research on Emotional Intelligence nos presenta que nuestro éxito en la vida se debe a una combinación donde nuestras aptitudes emocionales pesan un 77% mientras que nuestras capacidades intelectuales tienen menor peso del que solemos pensar como padres y educadores: tan solo un 23%.

Las buenas noticias son que, mientras que nuestra capacidad intelectual es genética y se puede magnificar con apoyo adecuado hasta los 6 años… todos somos capaces de aprender a mejorar nuestras aptitudes emocionales a lo largo de nuestra vida. Así que tu hij@ tiene ante sí un futuro brillante tanto en el plano de relaciones personales como laborales.

El creador de la idea de Inteligencia Emocional, Daniel Goleman, propone programas educativos que aplaudan los logros de niñ@s en su progreso hacia la canalización positiva de sentimientos propios y la empatía con otros. Su modelo sugiere las siguientes habilidades mesurables y susceptibles de ser aprendidas:

Percepción de emociones: niñ@s capaces de descifrar emociones en rostros, imágenes, voces… incluyendo la habilidad de identificar sus propias emociones. Una vez que manejan con soltura esta habilidad podrán descifrar toda información emocional que les rodee, allanando el camino hacia respuestas adecuadas por su parte.

Uso de emociones: niñ@s hábiles en el uso de emociones para facilitar toda actividades cognitiva (de aprendizaje). El uso de un amplio abanico de emociones apropiadas para cada situación: seguro de ell@s mism@s en juegos de equipo, conciliadores en conflictos en el parque o patio, dulces cuando requieren de ayuda… les llevará a cosechar éxitos, amigos y aliados.

Entender emociones: niñ@s que comprenden el complejo lenguaje de las emociones y aprecian complejas relaciones entre emociones. Aquí vemos a niñ@s que son capaces de reconocer cambios en relaciones entre amig@s, de entender cuando los adultos lanzan mensajes de alerta, de descifrar cambios en las relaciones que les rodean a lo largo del tiempo.

Canalizar emociones: niñ@s que regulan emociones propias y son capaces de influir en las de otros. Son incluso capaces de canalizar emociones negativas propias o ajenas para resolver problemas. Vemos esta habilidad cuando consiguen que otros trabajen con ellos para conseguir un objetivo: unos líderes en ciernes.

Muchos centros educativos están incorporando programas para detectar y promover estas habilidades entres sus alumn@s. Lo que es cierto es que nuestro papel como padres es absolutamente poderoso al ser modelos de comportamientos rebosantes de inteligencia emocional. Observemos y aplaudamos a nuestros hij@s cuando demuestren ser unos cracks en las habilidades que les reportarán beneficios a todos los niveles.