Certificación Internacional de Coaching ICC Santiago de Compostela.
Master Class Joseph O´Connor.
Extracto de artículo de Robert Dilts traducido en éxito-personal.com
Uno de los principios de la PNL más importantes pero a menudo malinterpretado (y por tanto controvertido) es de la intención positiva. Sencillamente, este principio establece que en algún nivel todo comportamiento tiene (o tuvo alguna vez) esa intención positiva. Otra forma de decirlo es que todo comportamiento sirve (o alguna vez sirvió) para un propósito positivo.
La intención positiva detrás de un comportamiento “agresivo”, por ejemplo, es a menudo “protección”. La intención o propósito positivo detrás del “miedo” es normalmente “seguridad”. El objetivo positivo detrás de la “ira” puede ser “marcar los límites”. “Odio” puede tener el propósito positivo de “motivar” a una persona a pasar a la acción. Las intenciones positivas detrás de algo como la “resistencia al cambio” pueden abarcar un registro de cuestiones; incluyendo el deseo de reconocer, honorar o respetar el pasado; la necesidad de protegerse a uno mismo permaneciendo con lo familiar, y un intento de aferrarse a las cosas positivas que uno tuvo en el pasado, etcétera.
Incluso los síntomas físicos pueden servir a un objetivo positivo. La PNL ve cualquier síntoma, incluidos los físicos, como una comunicación de que algo no está funcionando adecuadamente. Los síntomas físicos a menudo alertan a las personas de que algo está desequilibrado. A veces estos síntomas físicos son incluso un signo de que algo se está curando.
A veces un comportamiento o síntoma de un problema específico puede hasta servir para múltiples intenciones positivas. He trabajado con gente que quería dejar de fumar, por ejemplo, que descubrieron que servía para muchos propósitos positivos. Fumaban por la mañana con el objetivo de “despertarse”. Fumaban durante el día para “reducir estrés”, “concentrarse” y, paradójicamente “recordar respirar”. Fumaban por la noche para “relajarse”. A menudo, fumar servía para ocultar o “nublar” emociones negativas. Quizás lo más importante, fumar era lo único que hacían “sólo para ellos”, para traer algo de placer a sus vidas.
¿Aceptar que un comportamiento viene de una intención positiva, hace que ese comportamiento sea correcto?
El hecho de que una acción o síntoma pueda tener detrás una intención positiva no justifica dicho comportamiento, ni lo hace aceptable ni correcto. Más bien, el principio de intención positiva establece lo que es necesario para ser capaz de cambiar un comportamiento de forma permanente, o resolver un síntoma o resistencia. El principio de intención positiva trata temas de “cambio”, ” curación” y “ecología” más que de “moralidad” o “justicia”. Se refiere más al futuro que al pasado. El principio de intención positiva simplemente afirma que la curación o “corrección asociativa” supone añadir más elecciones al modelo del mundo empobrecido del individuo. Estas nuevas elecciones deberían ser capaces de satisfacer la intención positiva o propósito que el individuo (conscientemente o inconscientemente) está intentando satisfacer, pero sin tener las consecuencias negativas o patológicas del comportamiento o síntoma problemático.
Pero… no puedo encontrar ningún propósito positivo a ciertos comportamientos
Las intenciones positivas no siempre son conscientes u obvias. Como no estamos acostumbrados a pensar en términos de intenciones positivas, a veces resulta difícil encontrarlas de inmediato y por tanto nos resulta más fácil caer en otras explicaciones para un comportamiento o síntoma. Pero si uno se compromete a encontrarlas y busca lo bastante profundamente, ahí estarán.
A veces la intención o “estructura profunda” está muy apartada del comportamiento a nivel de superficie. En estos casos, la relación entre la intención y el comportamiento puede parecer paradójica. Por ejemplo, he trabajado con suicidas cuya intención positiva es “lograr estar en paz”. Los padres a veces castigan o incluso maltratan a sus hijos para “demostrarles que les quieren”. El misterio de la relación aparentemente paradójica entre la intención positiva y el comportamiento resultante radica en los sucesos pasados y en el modelo del mundo en los que la relación se formó.
Otra conclusión de combinar el principio de intención positiva con otras hipótesis de la PNL es que cualquier comportamiento, no importa cuán “malvado”, “loco” o “estrambótico” parezca, es o fue la mejor elección disponible para esa persona en ese momento, dado su modelo del mundo. Es decir, todo comportamiento es o fue percibido como necesario o apropiado (desde el punto de vista del “actor”) dado el contexto en el que fue establecido. Lo que sucede a menudo, no obstante, es que el comportamiento ya no sirve para la intención positiva para la cual se estableció dicho comportamiento. Como ejemplo, la intención positiva detrás de la “venganza” es a menudo, inicialmente, “arreglar las cosas” para intentar sanarlas. En su lugar, crea una disputa interminable o creciente (como los Hatfields y los McCoys). Para sanar completamente la situación es necesario romper el ciclo encontrando una forma de pensar que sea diferente de la que está creando el problema.
Fuente: Éxito Personal.
Certificación Internacional de Coaching ICC Santiago de Compostela.
Master Class Joseph O´Connor.