He aquí una suerte de decálogo que los caracteriza:
-Los nuevos practicantes del materialismo histórico están convencidos de que el Capitalismo es la fase superior del Período Especial.
-Se proclaman revolucionarios, pero defensores de un inexistente Capitalismo benefactor. Su principal enemigo de clase parece ser la Izquierda.
-Los paladines de la libre empresa, basados en ciertas coincidencias políticas, aconsejan calcar los modelos económicos de otros países, pero soslayan una esencial diferencia: esas naciones no están condenadas, por mandato de EE.UU., a ser rendidas por hambre.
-Los mismos que decían que nunca debimos copiar el modelo soviético, ahora proponen plagiar cualquier cosa, menos la originalidad.
-Padecen de alzhéimer político: sus memorias, llenas de lagunas, no conciben la continuidad y, entre otras muchas cosas, olvidan que si algo salió mal, fue lo que algunos de los que se lamentan ahora inventaron o aplaudieron antes.
-Suerte de ambidextros políticos. Según ellos, no son extremistas porque la realidad no es en blanco y negro, sino gris, pero pasan por tuertos y solo ven las manchas del lado al que dicen pertenecer.
-En ocasiones funcionan como megáfonos mediáticos de la propaganda enemiga: curiosamente coinciden en puntos y comas con sus enfoques. «Fuego amigo» que ya quisiera poder implementar el Task Force.
-Son los nuevos caballeros de la fe en contra de la corrupción, como si la corrupción fuera un invento del Socialismo y no una consecuencia de la desigualdad, desarrollada, en su máxima expresión, en el Capitalismo que propugnan.
-«Sabios» en todos los temas, han descubierto que —bloqueo de Estados Unidos aparte, el mismo que le cuesta a Cuba 12 millones diarios— la burocracia, los inspectores, los ineptos y dirigentes oportunistas de las empresas son la causa primera de todos los males, por lo que se proponen, en el mejor de los casos, a sí mismos como asesores, consejeros, periodistas y moderadores.
-En el peor, y muy en el fondo, aspiran a suplentes de burócratas, inspectores e ineptos dirigentes oportunistas.