En el CETR apostamos desde nuestra fundación por la interpretación del patrimonio como una herramienta de desarrollo. Desde nuestro punto de vista, los productos de turismo sostenible y responsable tienden a ser lo más cualificados posible en el mercado, ya que se dirigen a los segmentos de la demanda más exigentes en cuanto a los aspectos ambientales y sociales. Además, está comprobado por diversos estudios que el turista responsable está incluso dispuesto a pagar más si se le garantiza que el producto turístico que va a consumir cumple con unos mínimos requerimientos ambientales y sociales; por ejemplo, relacionados con la mitigación del cambio climático o con la contratación de la mano de obra local de colectivos desfavorecidos, entre otros.
La utilización de la interpretación del patrimonio permite así mismo garantizar una mayor implicación de la población local en los productos turísticos, si se hace de una forma participativa y responsable. Ello quiere decir que se lleve a cabo la creación de elementos e infraestructuras interpretativas en materiales locales, que fomente y facilite la participación de la población local en los servicios relacionados con la interpretación del patrimonio. La consulta y participación con la población local permitirá así mismo obtener una mayor riqueza patrimonial basada en el patrimonio intangible, en las tradiciones orales y en la autenticidad y cercanía de los ritos y ceremonias. Si se trabaja la interpretación del patrimonio con estas bases, es para conseguir una mayor sostenibilidad de la actividad turística desde el punto de vista social, involucrando de forma positiva y directa a la comunidad local.
La sostenibilidad social implica necesariamente la creación de negocios endógenos e inclusivos y empleos locales de la mejor calidad posible; mientras que y la planificación de la sostenibilidad implica a su vez crear las condiciones para ello cuando se está planificando el desarrollo turístico responsable de un destino. Las técnicas de interpretación del patrimonio ayudan a implicar a la población local desde los primeros pasos de la planificación, ayudándoles en la identificación, recuperación y puesta en valor de su patrimonio.
La participación intensa y ordenada de la población local en la planificación interpretativa desde el principio, asegura una mayor sostenibilidad de los productos y servicios turísticos que se creen entorno al patrimonio. En esta participación ordenada, la población local decide también de qué modo desea que su patrimonio sea presentado, puesto en valor e interpretado; sobre todo cuando se trata de mitos, ritos, ceremonias y elementos patrimoniales esenciales.
La participación de la población local tanto en los procesos de planificación interpretativa como en los procesos de desarrollo turístico, debe ir acompañada de planes de formación y capacitación que aseguren que la población local pueda acceder a los puestos de trabajo que se generen en las mejores condiciones posibles. En caso contrario, es decir, si la población local no está preparada, los empleos y mejores y más cualificados se quedan fuera de la población local; ésta es la situación más frecuente en los procesos de desarrollo turístico en destinos emergentes, especialmente en países en desarrollo turístico, zonas rurales y zonas aisladas, comunidades sin experiencia turística y situaciones similares. En este tipo de situaciones se necesita planificar un refuerzo especial que prepare a la población local para beneficiarse de forma directa de la actividad turística y de las actividades de interpretación del patrimonio, estén o no ligadas directamente al turismo.
Hay que tener en cuenta que los procesos de desarrollo turístico son normalmente muy rápidos y dinámicos, una vez que un destino ha sido descubierto por el mercado o por la industria turística; mientras que los tiempos de reacción de las comunidades y sociedades locales en los destinos emergentes son normalmente mucho más largos. Las comunidades locales necesitan una mayor tiempo de organización social y de adaptación cultural para acostumbrarse a recibir a la demandad turística, frente a las prisas que son comunes en la industria turística internacional para desarrollar y poner en el mercado nuevos destinos. Por esta causa, los procesos de sensibilización a la comunidad local deben ser considerados como una preinversión en sostenibilidad social y empezar lo antes posible, en paralelo al resto de los procesos de desarrollo turístico sostenible.