Unas extrañas plantas han llegado a la Tierra. Elizabeth, una experta en laboratorio del departamento de sanidad, ha percibido algo raro en su marido, parece que no es el mismo, y se lo cuenta a Mathew, su jefe. Mathew poco a poco se va dando cuenta de lo que esta sucediendo: las personas parecen estar siendo reemplazadas por dobles sin alma, y a lo mejor es demasiado tarde para parar esta extraña invasión.
No es una película perfecta, pero si que es algo diferente dentro del genero que aborda (las invasiones extraterrestes), pues como bien queda reflejado en uno de los diálogos de la película, en esta ocasión, en lugar de platillos volantes, o extrañas naves, se ha optado por unas simples flores, plantas, venidas del espacio exterior, y que se camuflan dentro del ecosistema de la ciudad.
Escenas para el recuerdo tiene y muchas. Una de las más impactantes, es cuando en casa de Mathew quedan todos dormidos, y la duplicación de los cuatro cuerpos comienza. Es desasosegaste y a la vez fascinante. Y por supuesto ese estupendo final, con la pose de Donald Sutherland más recordada.
En definitiva, una de esas películas que todo buen cinefilo, no solo ha tenido que verla una vez en la vida, sino que debe poseerla y revisionarla de vez en cuando. Muchas veces parodiada, homenajeada,... muy recomendable.