Hugo, es un niño huérfano que vive en los interiores de los relojes de una estación de tren del Paris de los años 30. Consigo ha llevado un autómata que su padre estaba reparando cuando por desgracia murió. Hugo pone todo su empeño y recursos en repararlo, para ver si su padre le dejo algún mensaje. Las piezas para arreglarlo, las sustrae de un puestecito de juguetes de la estación llevado por Papa George, hasta que este se da cuenta, y le arrebata el diario de su padre.
También es de destacar, el enorme trabajo actoral, desde los anecdoticos, Jude Law y Christopher Lee, a un inmenso Ben Kingsley y Sacha Baron Cohen, desconocido fuera de su contexto habitual. Y por supuesto también es de destacar a los niños, Chloë Grace Moretz, ya sabíamos de su buen trabajo, que continua en esta cinta, y el descubrimiento, es sin duda Asa Butterfield, que hace muy buen trabajo, y logra transmitir más allá de la pantalla.
Poco más puedo añadir, que no se haya dicho ya por muchos medios, salvo recomendaros la película, sobre todo si eres un buen cinefilo, pues la película a pesar de la historia que lo envuelve, supura cine por cada fotograma que se muestra.