La refrigeración artificial de Carl von Linde es un hito que transformó la industria cervecera para siempre, ya que hasta ese momento la elaboración de una cerveza sabrosa y de calidad dependía absolutamente de la temperatura ambiente.
Los cerveceros de antaño aprendieron a elaborar cerveza mediante la experimentación y observación. Al usar levadura no se sabía muy bien qué pasaba, y un ejemplo de esto es el “palo mágico”, que se utilizaba sobre todo en pueblos nórdicos.
Este palo se introducía en la cerveza durante la fermentación. La levadura humedecía el palo, este se sacaba y la levadura se secaba. Cuando se hacía una nueva cerveza el palo se volvía a introducir y los restos de levadura que lo impregnaban activaban una nueva fermentación. Los cerveceros de la época no sabían cómo funcionaba, tan solo que este palo tenía el poder de convertir líquido en cerveza.
El problema de la temperatura en la elaboración de cerveza
En épocas antiguas, la mayor parte de la cerveza se consumía poco después de la fermentación, ya que las bacterias solía aparecer en cuestión de semanas.
En Alemania en 1533 se prohibió elaborar cerveza en verano. Con ello se pretendía evitar las fermentaciones cálidas, que proporcionaban un hábitat ideal para la proliferación de bacterias nocivas transportadas por el aire y hacían que las levaduras produjeran sabores de fermentación indeseables.
Durante siglos, se recogía hielo en grandes bloques en invierno y se almacenaba con la cerveza en profundas bodegas subterráneas. Así la cerveza se mantenía fría durante meses.
Más tarde, se hacía correr agua fría por tuberías sumergidas en los fermentadores, pero este método dependía de la temperatura ambiente del agua, que solía fluctuar estacionalmente.
El invento de Carl von Linde
Carl von Linde nació en el pueblo de Berndorf, en Franconia, en 1842, en un momento en el que la elaboración de cerveza en épocas cálidas estaba estrictamente prohibida.
Aunque mediados del siglo XVIII se había experimentado con artilugios de refrigeración artificial como el anteriormente comentado, el primero en desarrollar un sistema de refrigeración práctico diseñado específicamente para mantener fría la cerveza durante la fermentación y maduración fue Linde.
En 1873, este ingeniero alemán inventó la refrigeración artificial o mecánica con la ayuda financiera de Gabriel Sedlmayr, propietario de la fábrica de cerveza Spaten, en Múnich. Este invento supuso un enorme avance, ya que permitía producir cerveza Lager en cualquier época del año.
De esta forma, las fábricas de cerveza podían ser más grandes y estar más alejadas de las fuentes naturales de hielo. Además, este invento hacía posible que la calidad de las cervezas fuese algo constante, sin depender de las condiciones ambientales.
La invención de la refrigeración mecánica fue un factor decisivo en la difusión y posterior dominio de la elaboración de la cerveza en todo el mundo. En cuanto a los refrigerantes, el amoníaco sustituyó al éter en la década de 1880, y el freón, más seguro, se desarrolló en la década de 1920. A partir de la década de 1970, el freón se sustituyó por nuevos productos sintéticos debido al agotamiento de la capa de ozono.
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El gran éxito de la refrigeración mecánica
Tan solo veinte años después de su invención, casi todas las cervecerías alemanas usaban ya el invento de von Linden para fabricar cervezas Lager. Además, los transportes de caballos fueron sustituidos por el ferrocarril, lo que ayudó a expandir el mercado enormemente. La primera carga que transportó el ferrocarril alemán fueron dos barriles de cerveza desde Fürth a la fábrica de Lederer en Núrenberg en el 1836.
La industria cervecera alemana comenzó su edad de oro, con el nacimiento de muchas de las cervezas alemanas más celebradas. Esto fomentó el aumento de la popularidad de muchas de las cervecerías clásicas más celebradas en la actualidad.
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