"Las ficciones de índole policial (...) refieren hechos misteriosos que luego justifica e ilustra un hecho razonable; Adolfo Bioy Casares, en estas páginas, resuelve con felicidad un problema acaso más difícil. Despliega una Odisea de prodigios que no parecen admitir otra clave que la alucinación o que el símbolo, y plenamente los descifra mediante un solo postulado fantástico pero no sobrenatural."
Hay mucho de Borges en La invención de Morel. Pero también de Robert Louis Stevenson o de Herbert George Wells. A pesar de ello la voz narrativa de Bioy Casares es lo suficientemente poderosa y original como para que estos autores sean, más que influencias directas de su prosa, objeto de homenaje en la trama de la novela. Al final lo que queda es una sensación de extrañeza. Aunque se nos ha dado la solución al enigma, esta solución parece entrañar un enigma aún mayor. ¿Es el amor absoluto lo que da fuerzas a su protagonista para tomar su decisión final? La conclusión moral de este acto, que también la hay, es que anhelamos ser felices, pero preferimos que los demás crean que lo somos.
La atmósfera de misterio de La invención de Morel se mantiene en El año pasado en Marienbad, que más que una adaptación de la novela, es una película inspirada por esta, pero con la suficiente entidad propia como para ser una obra casi independiente a su fuente de inspiración. En la obra de Resnais la isla se convierte en un elegante palacio, lo que parece ser un hotel de lujo. Por él deambulan una serie de personajes que parecen salidos de un sueño buñuelesco, como atrapados en un extraño bucle temporal. En el edificio y los jardines de El año pasado en Marienbad parece hacerse realidad aquel mito del eterno retorno del que habló Nietzsche, basándose en antiquísimas tradiciones provenientes de Oriente y que también fascinaron a Borges. Las imágenes de la película destilan un aire enfermizo, dominadas claramente por el concepto de anacronía, es decir, de la alteración cronológica de las partes de una historia. Pero es, al igual que en la historia de Bioy, el amor lo que lo domina todo, un amor al que no le importa que el marco temporal y los recuerdos sean confusos. Un amor que está condenado a repetirse por toda la eternidad.