LA INVESTIGACIÓN, de Stanislav Lem

Publicado el 20 agosto 2014 por Palabrasdeunhombredisperso

En una Londres oscura, gris y totalmente impersonal, de repente, los cadáveres recientes empiezan a cobrar algo semejante a la vida, convirtiéndose en enigmáticos zombis. El detective Gregory llevará a cabo la investigación sobre los hechos, para terminar al fin en un callejón sin salida. Nunca sabremos la causa que motivó el levantamiento de los cadáveres por más alocadas y aventuradas hipótesis que echemos al aire, y lo único cierto e invariable es que los muertos han cobrado vida tras la muerte y no tenemos argumento alguno -científico, moral o criminal- con qué explicar el fenómeno.
En La Investigación (1959) el autor vuelve a tratar el tema de la imposibilidad humana de comprender aquello que se escapa de su capacidad racional. Como seres pensantes, los protagonistas deben de rendirse a los hechos y aceptar la evidente realidad. Así como en Solaris Lem trata las limitaciones humanas por comprender un ente no humano, en La Investigación trata nuevamente las limitaciones humanas por comprender unas resurrecciones imposibles según la razón. A los protagonistas sólo les queda la opción de buscar un culpable que se adecue a sus teorías elaboradas. Buscan crear un orden ficticio para hacer frente al caos irracional del caso. Es la única solución posible; negar la realidad de los hechos a través de una teoría que explique el caso.
Posiblemente La Investigación no sea la mejor de las novelas de Lem. Incluso él mismo lo reconoció justificándose en una ceguera inspiradora al final del libro. Personalmente, no creo que sea una mala novela. El genio del autor saca a relucir la debilidad y la estrechez de la mente humana. El lector está en vilo durante toda la novela, aunque es cierto que a veces uno se pierde en las subcorrientes argumentales que Lem suele introducir.
El peso que ejerce esta novela en la biografía de uno de los mayores exponentes de la literatura de género (y no tan de género) de la segunda mitad del siglo XX resulta más una muestra dosificada que una mole como otras novelas más conocidas (véase Diario de las estrellas o la anteriormente mencionada Solaris).
Así que si alguien quiere iniciarse en la titánica idea de Lem esta novela puede funcionar como aperitivo, en un esbozo del concepto general del autor: la imposibilidad del hombre.