Me mandan desde un listado de correos de la Federación de Enseñanza de CC.OO. la noticia de que el Ministerio de Ciencia e Innovación va a someter a consulta a las Centrales Sindicales, el Real Decreto que permitiría la prolongación de la vida activa a los investigadores con más de 70 años y que superen un proceso de evaluación. Parece increíble en un Ministerio de un Gobierno que va a finalizar sus actividades en un corto periodo de tiempo, parece que se buscase dejar todo atado y bien atado ante el desgraciadamente ineludible gobierno más conservador. La oposición central se deriva no ya de la coyuntura actual, en que la congelación y amortización de plazas hace que el número de incorporaciones sea ridículo, en el Consejo Superior de Investigaciones Ciéntíficas 22 plazas sobre un colectivo de 3.200 de investigadores, sino que la prolongación tapona el proceso de renovación y modernización de nuestro sistema científico, prolongando la endogamia e impidiendo de hecho que los equipos y proyectos científicos se modernicen, tema crucial en épocas de cambio acelerado. Los santones o mandarines se perpetúan. La edad media actual de los investigadores del CSIC es de 53 años y la entrada fija en plantilla sobre los 40, Por otra parte la situación actual es muy razonable y se aproxima bastante a la realidad de los "países de nuestro entorno" que tienen posiciones incluso mas restrictivas. En la actualidad los científicos españoles con 70 años y todas las evaluaciones positivas someten a una evaluación externa su propuesta de continuar en activo, pero cobrando la pensión y sin poder liderar proyectos. Esto significa que pueden aportar su experiencia y contactos, pero no tienen poder ejecutivo que es la clave para asegurar la renovación. Desde el punto de vista económico el tema es obvio, el salario neto de un profesor de investigación al final de su recorrido y con las evaluaciones positivas se sitúan en torno a los 4.500€/mes, algo más del doble que un científico titular recién incorporado. Es decir que la Administración podría disponer de dos incorporaciones de científicos contrastados, con una media de más de 10 años tras terminar su tesis, por el coste de un profesor senior. Es la política que venían aplicando las universidades, que incorporaban incluso las jubilaciones anticipadas, sin llegar a este extremo las ventajas del 2x1 son evidentes para el conjunto del sistema. Todo apunta a consolidar un sistema en que un número cada vez más reducido de personal fijo y de mayor edad ordenan el trabajo de un colectivo creciente de personal precario y sin derechos. Como nos temíamos, la reducción de derechos laborales y la instauración de la temporalidad como sistema, que se abrió hueco en la Ley de Ciencia, se extiende ahora a todo el colectivo de trabajadores.