La irresponsabilidad, pecado capital

Publicado el 11 abril 2015 por Cronicasbarbaras

Uno de los libros más vendidos durante el franquismo, en 1966, fue “Los españoles y los siete pecados capitales”, de Fernando Díaz-Plaja, que describía el cambio de carácter que imprimía el desarrollismo al agudizar los vicios capitales definidos por el cristianismo: lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia. 

Han pasado muchos años y llevamos en democracia lo mismo que en dictadura, tiempo en el que se ha añadido al carácter nacional un nuevo pecado: el de la irresponsabilidad. 

Los socialdemócratas, socialcristianos y cristianodemócratas crearon en Europa el Estado del Bienestar que, implantado en España, cura enfermos, beca estudiantes, paga a desempleados, entrega alimentos gratis en centros sociales, religiosos y oenegés y sostiene albergues. 

Acostumbrados a tenerlo todo, cuando algo sale de su control y aunque sea consecuencia de su irresponsabilidad, muchos españoles culparán siempre a otros, preferentemente a las autoridades. 

Como los espeleístas andaluces y los medios de comunicación que culpan a Marruecos y subsidiariamente al Gobierno español de la muerte en accidente de dos de los tres que se introdujeron en una remotísima sima sin apoyo externo alguno y sin prever que podrían tener un fallo humano que provocaría una desgracia. 

Fueron a un país pobre, y a un lugar aislado y sólo accesible a especialistas esperando que aquello fuera como Suiza. 

Y para mayor irresponsabilidad, aparece ahora el exjuez Baltasar Garzón ofreciéndose para querellarse contra los dos países. 

Pasó algo similar con Teresa Romero, curada de ébola pese a que mintió sobre cómo se contagió, o con el maquinista del Alvia que costó en Santiago 79 muertos y que quizás tocó su iPad, no los frenos, o entre algunos desahuciados mediáticos que pidieron hipotecas para juego y prostitutas. 

La irresponsabilidad, sí, debería integrarse entre los pecados capitales.

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