Traductor/a: Gemma Rovira Ortega
Edición: 1ª ed.
Lugar de edición: Barcelona
Editorial: Salamadra
Año de edición: 2020
Número de páginas: 432
ISBN: 9788498389869
No suelo leer mucha literatura asiática o que esté ambientada en esta parte del mundo pero había leído muy buenas críticas sobre La isla de las mujeres del mar y, finalmente, me animé a leerlo.
A través de las páginas de esta novela vamos a conocer un poco la historia de Corea (desde 1938 a 2008), sus costumbres, tradiciones y mitología pero, más concretamente, lo que aconteció en la isla de Jeju. También conoceremos a las haenyeo, una comunidad de mujeres buceadoras que se ganan la vida sumergiéndose en el mar –a pulmón- para pescar marisco y cuya actividad ha sido declarada por la UNESCO como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
Lisa See nos traslada a Jeju, esta isla de la actual Corea del Sur, donde vamos a conocer a Kim Young-sook y a Han Mi-ja, dos mujeres a las que vamos a ir viendo crecer desde que se conocen siendo unas niñas cuando Han Mi-ja es descubierta robando en las tierras de la familia de Kim Young-sook para poder subsistir ya que, pese a vivir con sus tíos, éstos la tratan como a su esclava, no se ocupan de ella y el hambre le hace robar. Así es como la madre de Kim Young-sook la toma bajo su protección y las niñas se hacen amigas inseparables, las enseñará a bucear y convertirse en haenyeos, hasta que, años más tarde, un hecho trágico dinamita su amistad por aires.
La historia tiene dos ramas temporales, por un lado, el presente de 2008 donde vemos a una Kim Young-sook anciana y una familia norteamericana que le pregunta si conoce a Han Mi-ja. Les responde que no pero ¿por qué da esa contestación cuando es obvio que sí se conocen? Es algo que está relacionado con la otra rama temporal que se desarrolla en el pasado y donde se centra el grueso de la narración.
Ambas tramas se irán entrelazando a lo largo de las páginas e iremos conociendo quién es esa familia norteamericana, qué relación tienen con Mi-ja y también la historia de Corea desde que estaba bajo domino japonés, donde los coreanos sufrieron un deterioro drástico en su nivel de vida así como un importante déficit alimentario, pasando por la II G.M. cuando Corea fue dividida en dos; el norte quedó bajo el control soviético y el sur bajo dominio norteamericano, hasta la Guerra de Corea donde se produjeron masacres de gente inocente, torturas, detenciones y arrasaron y calcinaron pueblos entre otras barbaridades hasta que en 1953 se firma el armisticio.
A parte de conocer esta parte trágica de la Historia también conoceremos, como decía anteriormente, la cultura de la isla de Jeju. Veremos que es una sociedad matriarcal donde las mujeres son las que trabajan para mantener a su familia, deciden y son el pilar fundamental de la sociedad y los hombres se limitan al cuidado de los hijos así como a realizar algunas tareas domésticas (en el libro se dice que son invitados que se quedan por cien años). Conoceremos a abuela Seolmundae, la diosa más importante de Jeju quien creó la isla, así como a Yeongdeung, la diosa del mar y el viento, entre otras. También sus ritos funerarios, la chamanería y tradiciones.
La isla de las mujeres del mar es una lectura dura, trágica y triste a la par que emotiva y hace, en su conjunto, que sea maravillosa. Está escrita con sencillez y los personajes, tanto principales como secundarios, están muy bien perfilados así como las estupendas descripciones que trasportan al lector a Jeju y se aprecia la ardua labor de investigación que tuvo que llevar a cabo la autora para escribir esta novela.
No es una lectura de ritmo trepidante pero no le hace falta porque son de esas que se disfrutan página a página, que te hacen reflexionar sobre la vida y cuestionarte por qué el ser humano es capaz –al mismo tiempo- de cometer las mayores atrocidades o proezas.
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