La isla de los cazadfores de pájaros. Peter May

Publicado el 23 marzo 2011 por Carmina

Fue ver la sinopsis de esta novela y quererla. Transmitía un suspense y un misterio que quería descubrir, no era al primer autor escoces que leía y me había dejado muy buenas sensaciones Ian Raking. En contra tenía que acaba de leer La hora de las sombras, que también se desarrolla en una isla, en un ambiente cerrado, y con una comunidad reservada y hermética. Sin embargo, el libro era una novedad de la biblioteca y no se podía dejar escapar así como así, so pena de no poder leerlo en una buena temporada.
Preparé mi mente como si de un lienzo se tratara, la dejé en blanco para que no pudiera interferir nada de la otra novela y no me fue nada difícil porque cuando comencé a leerla me dí cuenta de que los paralelismos terminaban en la coincidencia de los escenarios una isla y una comunidad muy cerrada.
Peter May en esta novela se centra mucho en la figura del detective, Fin Mcleod, este no pasa por un buen momento sumido en el dolor por la pérdida de su hijo, ve naufragar un matrimonio al que solo unía ese pequeño. Después de las semanas de luto pertinente es convocado a la comisaria y se le asigna un caso. Los sentimientos del detective son encontrados no le apetece volver a trabajar y menos volver a la isla que lo vio nacer y de la que tanto le costó salir, pero su vida al lado de Mona tampoco tiene sentido y necesita pensar y distancia.
Acepta el caso casi por obligación y deja atrás sin casi saberlo su vida anterior, sin remordimientos, casi esperanzado, con lo que quizá no cuenta es con el ciclón que se desencadenará en su interior al volver a Crobost, la imagines volverán con fuerza, lo arrollarán y nos encontraremos con capítulos alternos, unos narrados en tercera persona, con un narrador omnipresente que nos da a conocer los detalles de la investigación y de la estancia en el presente de Fin en la isla, y otros en primera persona, los recuerdos que arrollan a Fin, y que nos dan a conocer no sólo al detective si no a todos los habitantes de la isla, y por ende sospechosos del crimen.
"La brisa le llegaba cargada de ese olor fragante, tostado e inconfundible, el horno de turba. Lo hizo retroceder veinte, treinta años. Era, extraordinario, pensó, lo mucho que él había cambiado en ese tiempo y lo poco que habían cambiado las cosas en el lugar donde había crecido. Se sentía como un fantasma que aparecía en su propio pasado, caminando por las calles de su infancia."
La historia está muy bien narrada, tanto en tercera persona, como en primera, empezamos a entender un poco mejor a Fin, el porque de ese matrimonio al que se le ha roto el amor, si es que en algún momento lo hubo, el porque de las relaciones con cada uno de los habitantes. Fin llevará a cabo su investigación, sin poder olvidar que el asesinado era un matón que arruinó sus años de colegio. Sin contar con el beneplácito de la persona al frente de la operación, que pensaba que su presencia allí era innecesaria, cosa que posiblemente Fin constataría en la autopsia. Y si fue así?, porque no aprovechó para hacer las maletas e irse, porque quedarse?.
Porque era su gente, porque el era el único que podía descubrir al asesino. Y lo hace de la forma más dolorosa. Fin sabia que era un hombre incompleto, había algo que no lograba situar, que no lograba recordar... y al final descubre que es lo que su mente le ha estado ocultando tantos años. No es complicado pasearse por las calles de Crobost, y por sus alrededores descritos con profusión, tampoco es difícil hacerse una idea de la isla de An Sgeir, la isla de los cazadores de pájaros, poco más que una roca, donde emigraban una vez al año los lugareños durante doce días para cazar gugas, una delicatessen muy apreciada en la zona, pero que da lugar a un episodio bastante desagradable. Una lástima que sigan quedando tradiciones de este tipo.
"An Sgeir apenas llegaba a los 800 metros de longitud y su columna vertebral no superaba los 100 metros. En ella no había suelo propiamente dicho, ni bancos de hierba, ni pedazos de tierra, ni playas. Solo rocas cubiertas de mierda que se alzaban directamente desde el mar. Ni en mis peores pesadillas había imaginado un lugar tan inhóspito"

Me dio que pensar la opresión de los jóvenes en estos lugares, el no encontrar salida ni ser capaces de buscarla. El dejar transcurrir la vida sin ningún aliciente, en el seno de una sociedad demasiado religiosa, con el peso opresor de los pastores, abocados al alcoholismo sin remedio. Las zonas rurales más deprimidas de cualquier nación también sufren de esos males, pero la gente suele emigrar, que es lo que impide salir de la isla?, no me ha quedado muy claro con su lectura, Fin huía de su pasado y no le costó nada hacerlo. Pero Marsaili después de salir porque volvió?
"Fin pensó en la triste existencia que llevaban aquellos chicos. Poco o nada que hacer, sofocados por una sociedad que seguía dominada por una religión sin alegría. La economía iba de capa caída, el paro crecía. Abundaba el alcoholismo y la tasa de suicidios estaba por encima de la media nacional. La motivación para huir era tan intensa en esos días como lo había sido dieciocho años atrás".

Como he comentado antes de la mano de los recuerdos de Fin vamos conociendo a los principales personajes Marsaili la chica que le robó el corazón siendo niño y a la que ha hecho sufrir tanto, Artair, su vecino y amigo, un personaje que se me atragantó desde el principio. Angel Mchrichtie, el matón que termina asesinado de una forma un tanto macabra, su asesinato se parece a otro que investigó en Edimburgo Fin y que supuso la vuelta a la isla. Colum aquel chico al que nadie tenía en cuenta y que posiblemente es la única persona que guarda un buen recuerdo de Angel. El reverendo, quien de niño rebelde, al final sigue los pasos de su padre. Con guante blanco y mucho atino May va dibujando unos personajes de carne y hueso, con sus virtudes y sus defectos, con lo bueno y lo malo, tanto los que compartieron generación con Fin, como los que llegaron una generación después Fionlagh, y la hija del reverendo...
Durante toda la obra May sabe mantener la tensión, parece que la investigación no existe, los recuerdos atrapan a Fin, pero son finalmente ellos los que le llevan al desenlace, a la resolución del caso. El final es impactante, más que el final en sí que queda muy abierto la resolución del caso, es duro, muy duro para Fin que descubre que ha olvidado y que es lo que ha llevado al asesino a obligarlo a volver a la isla. Sólo por ese final merece la pena leer la obra.
He leído opiniones de todo tipo, a mi no se me han hecho pesadas las descripciones, ni me ha molestado que se haya centrado en la figura del detective, es la primera de una trilogía y el autor nos da a conocer al detective de golpe en lugar de ir encapsulando la información en sucesivas entregas... Para mi altamente recomendable, no pude dejar de leer en ningún momento, deseaba tener ese ratito de lectura para ir avanzando en la historia, para descubrir al asesino, aunque tengo que decir que lo intuí demasiado pronto, lo que no descubrí fue el porque y es lo que me dejó KO.