En Madrid tenemos una de las mayores concentraciones de musicales del mundo y además de los mejores artistas en este género, no es por fardar, es una realidad. Y aunque es verdad que la programación de Gran Vía está un poco estancado si que hay alguna novedad interesante y disfrutable (a parte de recomendaros ver antes de que termine Billy Elliot) os traemos la novedad más espectacular y con más plumas del momento: La jaula de las locas.
La Jaula de las locas fue primero una obra de teatro, pasó luego a ser musical y también película de cine y es muy divertida en todas sus vertientes. Pero es que la producción de Madrid tiene todas las papeletas de ser de las más hilarantes del mundo.
Detrás del montaje están Manu Güix y Àngèl Llàcer, pareja de hecho después de Operación Triunfo y cosa que además llama mucho la atención. De hecho el señor Llacer se ha reservado el papel principal, de lo más vistoso y exagerado del mundo. Pero antes de meternos a tope con las actuaciones os vamos a intentar contar un poco el argumento de La Jaula de las Locas para que sepáis lo que vais a encontrar. Este peculiar nombre es el del local de travestis donde trabajan los dos protagonistas. George es el dueño y presentador del espectáculo más popular de la costa francesa y Albin es Saza, su peculiar primera artista y su pareja sentimental. Todo se trastoca cuando el hijo de George llega a casa e informa de que va a casarse con una joven encantadora pero que es hija del político más homófono del país (ocasión que no desaprovechan los señores de caracterización) . En esta revelación viene implícito un trato para que la familia haga un esfuerzo y llamen a la Ex mujer de George y deslacen a Albin para causar buena impresión. Albin ha criado al pequeño y se siente visiblemente compungido porque obviamente quiere ser parte de la celebración y conocer a la familia política. Por una serie de acontecimientos finalmente la velada se convierte en una locura donde la igualdad, el respeto y la familia acaban siendo mensajes principales en una delirante comedia con números propios de la más autentica revista española (o el cabaret francés, para gustos los colores).
La escenografía, el resto de actores, la orquesta... todo es muy funcional, muy de cinco estrellas. Lo único que es un poco más desconcertante son los precios algo prohibitivos aún en estas obras. Los descuentos brillan por su ausencia, las sesiones están bastante llenas y las únicas opciones realistas son las de entre semana con el 20% de descuento en las que, presumimos, fallará alguno de los miembros del cast original que es parte del atractivo de la obra.
En todo caso si os gusta el musical y tenéis ganas de reíros... ¡Adelante! En el Teatro Rialto tenéis la mejor opción.