Ha llegado el momento de hablar de quinta entrega de ‘La Jungla de Cristal’, que se acaba de estrenar en nuestras pantallas, para muchos, el regreso del mejor papel de Bruce Willis, quitando cuando se interpreta a sí mismo con un mal día, que es más o menos lo que hace en el resto de su filmografía. A finales de la década pasada, Hollywood optó por los revivals y las secuelas, pero de todos los que regresaron, pocos tuvieron éxito. McClane fue el único que no sólo consiguió una cinta decente (con sus más y sus menos, obviamente), sino también, el éxito suficiente para garantizar una secuela. También, hay que reconocerle el mérito a la franquicia por seguir aguantando el tirón durante veinticinco años aunque el cine ha cambiado muchísimo y no todos han sabido adaptarse. Ahí están ejemplos como Indi 5, perdida en el limbo de la Disney, el Conan de Jason Momoa, el Superman de Singer o muchas más.
La Jungla 4.0 no era mala, pero bajaba el listón de calidad y suciedad de la saga, y la quinta, poco publicitada en comparación, tenía por delante la oportunidad de aprovechar las virtudes de su predecesora y arreglar sus pequeños defectos. Su estreno tenía que despejar las dudas acerca de si lo habría conseguido o no,m y páginas como Rotten Tomatoes la han puesto a caldo, con una puntuación bajísima y críticas que la destrozan. Eso hace que te plantees si ir a verla o no, pero supongo que tienes que arriesgarte en una época en la que el cine es casi un lujo y tus compañeros de sala están más concentrados en ver el facebook que en dejarte ver la película. Así que vamos a ver brevemente y sin apenas spoilers si John McClane lo ha conseguido o si se ha quedado por el camino.
Para empezar, los tráilers tenían una pinta asombrosa, mucho más frenética y adrenalítica que la cuarta, siguiendo la lógica de que las secuelas deben ofrecer más y mejor. No había un villano claro y lo que a muchos no les gustó fue que Willis tuviera que compartir protagonismo con su hijo, el hilo conductor de esta entrega, y que hace que Willis, por desgracia, se vea relegado al papel de “acompañante gracioso”. Esto desconcierta un poco, ya que no entiendo cuál es el punto de hacer una nueva película de la serie si algún productor ha pensado que Willis por sí solo no es suficiente, como si fuera demasiado mayor o muy poco interesante para el público, por mucho que digan que fue idea del actor meter al hijo en la película. Lo cierto es que ‘La Jungla 5′ es una película absurda, con un guión decepcionante y rocambolesco, y unas escenas de acción aburridas que no se salvan de la quema porque estamos más que acostumbrados a ellas. La persecución incial, por ejemplo, es excesiva y sosa. Da igual cuántos camiones hagas saltar por los aires si nadie sabe muy bien qué está pasando o por qué hay alguien intentando apresar al hijo de McClane y su acompañante, un prisionero político ruso, si él mismo es el responsable de la operación. Hacer escenas de acción impresionantes no es lo mismo que hacer buenas escenas de acción. La gracia de McClane era que se trataba de un policía que se encontraba metido en una mala situación, y aquí resulta que es un hombre invencible, que poco o nada tiene que ver con el de los sucesos de la torre Nakatomi. Sólo le quedan un par de contestaciones irónicas, punchlines y tópicos para recordarnos a él. Y aunque al final la relación con su hijo se vuelve lo mejor del film, tarda demasiado en arrancar, con escenas rodadas de forma sosa y en bloques, pasando de una a la siguiente, sin ritmo y bastante estáticas.
La fisicidad, la camiseta sucia de sangre, la acción aparatosa y creíble ha dejado paso a innumerables escenas a cámara lenta’ donde McClane desafía los límites de lo humano y donde la historia nos importa nada en absoluto. Ni siquiera el pequeño guiño hacia la muerte de Hans Gruber nos anima un poco, y quitando detalles como el “fuck you” mientras salta a la piscina, podríamos concluir que La Jungla: un buen día para morir, no es más que una película a la que le han quitado gran parte del presupuesto y que se ha convertido en una forma de sacar dinero apostando por un nombre de franquicia famosa que a nadie le ha interesado respetar. Bruce Willis sigue siendo igual de siempre, pero no tiene ni tiempo ni espacio para lucirse, y los villanos son los más sosos y ridículos que la saga ha tenido jamás. Una decepción que puede hacerse entretenida, pero que podría y debería haber sido mucho más.