La justicia global

Por Pachobermudez @fbermudezg

Uno de los nuevos fenómenos culturales de la globalización consiste en la denominada "justicia global". La Corte Penal Internacional sería una de las expresiones más visibles de esta nueva justicia impulsada desde hace una década en el mundo. La justicia global sería el anhelo de no permitir que quedaran en la impunidad crímenes de lesa humanidad, y por lo tanto, que los Estados acogieran la protección de los derechos humanos con seriedad, son pena, de entrar en un juzgamiento internacional.

La justicia global sería un esfuerzo definido por establecer parámetros y pautas internacionales en cuanto a unos principios del Derecho, como sería el de la protección de los derechos humanos. El primer antecedente de justicia global se dio después de culminada la Segunda Guerra Mundial cuando algunos jefes nazis fueron juzgados en el famoso Tribunal de Nuremberg. Hoy en día, la Corte Penal Internacional es una realidad, el juzgamiento de delitos de lesa humanidad ya no entraría dentro de la interpretación jurídica interna de los Estados, sino que sería la propia comunidad internacional la que diría cuándo hay un delito de lesa humanidad y si alguien ha incurrido en él o no.

Las mayores críticas a la justicia global vienen de los mismos sectores antiglobalización, de aquellos que piensan que esta justicia no sería sino otro instrumento utilizado por las grandes potencias para imponer parámetros de violación y protección de los derechos humanos, y así de esta forma, imponer a los Estados la agenda proglobalización neoliberal.

Sin embargo, al margen de las anteriores críticas, la justicia global es una realidad, los principios del Derecho cada día se convierten más en parámetros internacionales y menos en simples interpretaciones de los órganos judiciales internos de cada país. La justicia en materia global también es una realidad, salida posiblemente de una novela de Aldous Huxley o de George Orwell, pero así es, estamos acudiendo a la fundación de un nuevo orden jurídico internacional, y por lo tanto, al nacimiento de tribunales internacionales que ya no sólo en materia penal podrán juzgar a los individuos, sino también en los ámbitos comercial y ambiental seguramente.


La agenda global presiona para que los Estados acojan legislaciones cada día más acordes con la corriente internacional, y temas como el terrorismo, el calentamiento global, las pandemias y la crisis financiera internacional, llevaran a los Estados a acoger legislaciones uniformes de acuerdo con parámetros internacionales, por lo tanto, estamos siendo testigos de la muerte de la soberanía estatal para dar paso a la soberanía global. El Derecho no es ajeno a la globalización, incluso está siendo utilizado como instrumento para acelerar este proceso. El tiempo juzgará sus beneficios y sus daños hacia futuro.