Todo el Estado de Derecho se basa en ofrecer unas garantías de justicia, tanto a la hora de dotar a la ciudadanía de un nivel de seguridad, como de evitar castigos al margen de la ley. Una de las primeras cosas que se intentan eliminar en un estado mínimamente civilizado son los linchamientos, las vendettas, el tomarse la justicia por la mano y el legislar en caliente. Todo el Estado de Derecho funciona para mi decisión sobre qué hacer con un criminal que ha delinquido contra mí o mi familia sea bastante irrelevante. En caliente puedo contestar que mataría al asesino del comienzo de este texto. Eso no dice nada acerca de lo que considero que debe ser un código penal cuando no me veo en esa tesitura. Y es en frío cuando decidimos qué hacer con los criminales atendiendo a todos los criterios que queramos: disuasión, proporcionalidad, restitución, reinserción, etc.
Si yo fuera uno de esos políticos y me hicieran la pregunta, diría cualquier barbaridad, que sí que lo querría ver muerto y alguna cosa más que me saliera en ese momento. A continuación defendería que mis conciudadanos harían bien en no hacerme caso a lo que pensara en ese momento.
Cada vez que he contado esto, he tenido reacciones positivas. Rara vez alguien insiste en deducir de mi estado de ánimo como agraviado, cuál debe ser mi postura a la hora de redactar las leyes o a la hora de aplicarla también a quien ha cedido a la sed de venganza.
Y ahora, mis lectores, que espero concordéis conmigo en eso de no tomarse la justicia por la mano y que sepáis responder a la pregunta que ha circulado las últimas semanas por todo el mundo: "¿Está bien darle un puñetazo a un nazi?".
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------Hace cinco años en el blog: Pregunta #5. Los criterios mínimos.
Hace tres años en el blog: Causas de la desigualdad salarial: ¿el comercio o las nuevas tecnologías? (2).
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