Fotografía cedida por LaKasa
Echar un vistazo a su página web, Restaurante lakasa, tienen la carta con fotografías de cada plato, además tienen un blog en el que cuelgan videos explicando como hacen alguno de sus platos, en esos videos podéis ver el buen rollo que se respira en LaKasa, además de aprender muchas cosas de los ingredientes que allí usan.El local, en tonos oscuros y toques rojos, está dividido en dos salas, una de ellas donde se encuentra la barra y algunas mesas altas donde tomar una copa de vino y alguna tapita, aunque también mesas más bajitas para sentarse relajado a disfrutar de sus platos.
Fotografía cedida por LaKasa
En el otro espacio unas seis mesas donde comer o cenar tranquilamente los platos que ofrece la carta. Todo el local está rodeado por grandes ventanales, para que entre bien la luz natural, nosotros no pudimos disfrutar de ella porque fuimos a cenar.
Fotografía cedida por LaKasa
César Martín, muy atento a todas las mesas, es quien nos recibió y nos dejamos llevar por sus recomendaciones. La carta es bastante larga y nos gustaban todos los platos (habrá que volver para probar el resto :) )asique César nos ayudó a elegir algunos de ellos. Marina Launay, encargada de la sala, también estuvo muy atenta y simpática. Lo mejor de LaKasa es su comida, bien preparada y con productos de calidad y la buena gente que trabaja dentro, el trato que te dan es estupendo.Vamos al lio, esto es lo que pudimos probar en LaKasa.
Buñuelitos de Idiazabal.
César nos dijo que eran un clásico en LaKasa y, que si éramos amantes del queso, no nos los podíamos perder.
Nos sirvieron media ración, para que luego nos entrase bien todo lo demás, pero creo que si que es obligatorio probarlos. Por dentro la crema de queso casi líquida y con un gran sabor.Una muy buena forma de comenzar a conocer LaKasa.
Ensalada templada de pulpo y puerro.
Pulpo cocido y tacos de puerro cocinados a baja temperatura. El puerro está tierno y tiene un sabor muy agradable. Además los acompañan distintas lechugas, cebollino y salsa tártara.
Penca de acelga roja con salsa de erizos y virutas de foie.
Nos llamó mucho la atención lo de la acelga roja, nunca la habiamos probado. Tiene un sabor algo parecido a la remolacha, pero mucho más suave. La salsa de erizos es un puntazo y el toque del foie aromatiza el plato pero no se come el resto de sabores. Además va a compañado por huevas de pez volador que aún resaltan más el sabor a mar.
Vieira a la brasa con pez mantequilla.
Personalmente tenía muchas ganas de probar el pez mantequilla y, la verdad, es que no me decepcionó.Para mí este fue uno de los mejores platos de la noche.
Dos piezas de vieiras y dos trozos de pez mantequilla acompañados con vinagreta de tomate y emulsión de chirivias.
La vieira y el pez mantequilla en su punto de cocción, de sabores y texturas muy suaves, además el toque de la lámina de lardo di Colonnata que las acompañaba les daba un punto de sabor muy bueno.
El lardo di Cononnata es un tocino italiano, parecido a nuestro tocino ibérico pero más especiado.
Mejillones de Bouchot encebollados a la crema.
Yo no soy muy amante de la textura de los mejillones, si me gusta su sabor y el sabor de estos mejillones era muy bueno y la salsa que los acompañaba estaba deliciosa.
Lomo de mero asado con pisto.
Este pescado es bastante graso y por ello queda muy jugoso. La piel dorada y crujiente. El pisto estaba muy bueno, un acompañamiento perfecto.
También iba acompañado por una salsa de ajo negro, nos llamó la atención que esta salsa no tenía un sabor fuerte a ajo, más bien estaba algo dulzona.
Trilogía de caza mayor.
Ya me habían dicho que una de las especialidades de César Martín y su equipo era la caza, asique no nos podíamos ir de allí sin probar un plato de caza. Tienen una trilogía de ave y esta de caza mayor, César no recomendó esta ya que la acababan de incorporar a la carta.
Tres trozos de la mejor pieza del animal, el solomillo, de corzo, ciervo y jabalí. César nos comentó que, la mejor forma de saborear el gusto de estas carnes es comerlas tal cual, a la plancha, no demasiado pasadas. No hay necesidad de marinarlas ni cocerlas mucho tiempo.
Me gustó mucho este plato ya que te da la oportunidad de comer tres carnes a las que no estamos muy acostumbrados y a diferenciar los matices de una a otra. El corzo era el más suave, el ciervo tenía un cierto toque a paté y el jabalí un sabor más intenso. Iban acompañados por un chutney de ruibarbo.
Todos estos platos los disfrutamos junto con una botella del vino Habla del silencio.
Para elaborar la carta de vinos LaKasa cuenta con la ayuda de La Tintorería.
Pedimos un par de postres para compartirlos. Si vais al restaurante dejar hueco para probar alguno. Nosotros nos decidimos por estos dos:
Mousse de crema catalana.
La acompañan con un helado de caramelo. De vicio, este postre es un final de cena de lujo.
El bosque goloso.