Déjeme que inicie la entrevista con una pregunta sacada de su último libro: ¿el liberalismo es malo para los desfavorecidos?
El liberalismo viene bien a los desfavorecidos porque es en él dónde tienen opciones de competir y llegar a algo. Favorece al que sabe competir y ver mejor las necesidades muchas veces cambiantes del consumidor.
¿Desconfía de la clase política?
A mí me gusta el individuo. Creo que es la gente la que saca a los países adelante: los trabajadores y los empresarios en libertad. Los gobiernos lo que tienen que hacer es quitar estorbos y dejar el máximo de recursos en manos de la gente.
¿Es nuestro sistema una economía social de mercado?
No estoy de acuerdo en definirlo como una economía de mercado. No puede ser economía de mercado una economía en la cual tenemos un mercado laboral absolutamente rígido que hace que se creen más parados que en ningún otro sitio. O una economía en la que el Estado le quita a la gente prácticamente la mitad de lo que gana. Vivimos en una economía mixta. Con libertad por un lado y todo tipo de trabas para llegar a esa libertad por otro.
¿Puede determinar por orden de importancia las reformas estructurales que debe acometer el nuevo gobierno?
Lo primero que tiene que hacer el gobierno es decir la verdad a los españoles. Contar la realidad de las cuentas públicas. Las reformas se deben dividir en tres campos: gasto, mercado laboral y fiscalidad. Tiene que haber una reforma muy profunda de todo el sistema de gasto y financiero del Estado y cuando digo del Estado incluyo todos los órdenes. Hacer una clara reforma de nuestro mercado laboral y reducir impuestos ya que el dinero donde mejor está es en el bolsillo de la gente.
¿Cree que el nuevo Gobierno tiene margen de maniobra?
Los gobiernos deben hacer poco. Cuando los gobiernos se meten en el campo económico no suele ocurrir nada bueno, como de hecho estamos viendo. Por tanto la labor del gobierno debe ser molestar poco y quitar estorbos. Y en ese campo sí puede hacer mucho. Se necesita más libertad en todos los mercados que podamos imaginar. Todos ellos están lastrados por unas dosis de intervencionismo muy grande y eso hay que cambiarlo.
Una reforma laboral sin acuerdo de los agentes sociales, ¿hasta donde debería profundizar?
Es el momento oportuno para hacer una clara reforma del mercado laboral. El gobierno debe gobernar y por tanto si no llega a un acuerdo con los llamados agentes sociales debe hacer una reforma que encare aspectos como: los costes de entrada, de salida, la negociación colectiva, las cotizaciones sociales. Necesitamos una liberalización clara del mercado laboral para romper con sus rigideces y que los privados empiecen a funcionar y crear empleo.
¿Cómo se debería enfocar la reforma del sistema financiero para que no la acaben pagando los ciudadanos?
Otro campo donde de forma especial se necesita una clara liberalización. El sistema financiero español y de todos los países está claramente intervenido por los Estados. De ahí viene la crisis que estamos viviendo. De unas instituciones públicas llamadas Bancos Centrales que lanzan artificialmente a la baja los tipos de interés provocando con ello muchas y malas inversiones que hacen inflarse la burbuja que ha terminado por explotar. Hay que ir a quitarle poder a los Estados en el campo financiero.
Conseguir reducir el déficit de las Administraciones pasa por una profunda reforma del gasto público. ¿Cree que todo puede ser objeto de revisión o deben existir algunas cuestiones o barreras infranqueables?
Mariano Rajoy dijo en su debate de investidura que todas las partidas de gasto serán revisables excepto pensiones. A mi me parece que efectivamente hay que tocar todas las partidas. Y ojo al tema pensiones que es otra bomba que nos puede explotar en las manos en un futuro cercano. Creo que el sistema de pensiones tal como lo tenemos es inviable y deberíamos ir a un sistema de capitalización.
En la situación actual de las finanzas públicas, ¿no ve más cerca una subida de impuestos que una bajada, con independencia de la ideología?
Nunca seré yo alguien que defienda como una buena política económica una subida de impuestos. Pero especialmente no la defenderé en casos como el actual de una crisis económica profunda. En momentos así es especialmente dañino subir impuestos. Hay que trabajar profundamente en el tema gasto para reducirlo brutalmente, pero nunca subir impuestos.
Sobre el sistema impositivo, ¿el IVA español debe armonizarse hacia la media comunitaria?
Me preocupa cuando se habla de armonizar impuestos o igualarnos con los países europeos de nuestro entorno. Y me preocupa porque los políticos siempre nos quieren igualar con los países que tienen impuestos más altos, no con los países que los tienen más bajos. Siempre existe el discurso falso de que España tiene unos impuestos bajos. Yo creo que no debe subirse ningún impuesto, tampoco el IVA.
Algunos expertos mantienen que la progresividad fiscal perjudica a aquellas regiones más dinámicas. ¿Qué opina?
Estoy absolutamente en contra de la progresividad fiscal. Un impuesto progresivo quiere decir que la alícuota a la tasa progresa a medida que progresa el objeto imponible. Supongamos que se establecen impuestos progresivos. El que está abajo en la pirámide y sube un poquito le van subiendo cada vez más las dificultades y no llega en la vida al vértice. En un sistema abierto, el que está en el vértice y no sirve tiene que bajar con la velocidad necesaria y el que está en la base y sirve tiene que subir con la velocidad necesaria.
En el contexto de un avance hacia un sistema fiscal donde primen los impuestos indirectos sobre los directos, ¿cuáles haría desaparecer y cuáles crearía?
Yo no crearía ningún nuevo impuesto. Lo que hace falta como he dicho es remover estorbos, no crear nuevos. Me dedicaría a reducir gasto y a reducir de forma brutal la influencia de los gobiernos en el campo económico. Necesitamos menos gobierno y más libertad.
¿Haría desaparecer el carácter vitalicio de los puestos de trabajo de la administración pública?
Hay que ir a una clara reforma del sector público. Si un trabajador en el sector privado es despedido cuando es incompetente en su trabajo, al trabajador del sector público le debe pasar lo mismo. Y creo que debemos ir a una reducción de funcionarios en España. Este país se ha convertido en un país de funcionarios y en el que cada vez tiene más peso el sector público. Los que crean empleo son los empresarios. Por tanto debemos dar facilidades para la creación de empresas y no poner estorbos. Tenemos que repensar el sistema que conocemos como Estado del Bienestar y pasar a un bienestar con menos Estado.