Teniendo un blog de alimentación para bebés y niños, hacía mucho tiempo que quería escribir sobre las bases de la alimentación desde el nacimiento, que están en la lactancia materna. Desde que era una niña, yo sabía que iba a dar de mamar, no se me ocurría otra forma de alimentar a mis bebés cuando fuera madre, quizás por que en mi familia todas las mujeres han amamantado y lo he visto como algo normal, natural y maravilloso; que lo he mamado en casa, vamos.
Pero ahora que tengo un hijo de 13 meses, a quien sigo consolando con la teta, alimentando con mi leche, quitando la sed con mi cuerpo, apagando su llanto por la noche con mi calor, fusionándome con él a todas horas... soy aún más pro lactancia. De todas las cosas que he hecho en mi vida, creo que ésta es la más bonia, la más fácil, la que más feliz ha hecho y la mejor de todas, de verdad, es lo que mejor que he podido hacer jamás.
A día de hoy los pediatras aconsejan (me atrevería decir que todos) dar el pecho a los bebés recién nacidos, ¡pobre del que no lo haga! Pero son muy pocos los que te animan a seguir haciéndolo mientras el niño vaya creciendo. A mí personalmente, mi pediatra me dijo que dejara de darle el pecho a mi hijo con 1 año, que era contraproducente para el niño (al cabo de 1 minuto me estuvo explicando que la leche de vaca era mala con unas razones muy reales) y no supo darme un solo motivo para decir que la lactancia materna era contraproducente (bueno sí, uno, una chorrada enorme, que mi hijo de 1 año necesitaba independencia y que la teta le creaba demasiada dependencia) y digo yo: ¡pues que dure su dependencia a mí, que cuando tenga 15 años ya querré yo que dependa de mí y estará de juerga con sus amigos!
Lo que tenemos que hacer, quienes conocemos los beneficios de la lactancia, tanto nutricionales como psicológicos, es tratar de difundirlos, con amor, sin presiones ni obligaciones. Cada madre es libre de hacer lo que quiera con su hijo pero antes debe tener todos los argumentos y entonces decidir y por supuesto haga lo que haga, hacerlo con amor y convencida.
Si a una madre que se está pensando si dar o no el pecho se le dice: uy, los niños de teta duermen mal, uy, los niños que maman son más mimados, cuando tú no estés será un drama... y no les dicen: los niños que maman por la noche junto a su madre tienen un 50% menos de sufrir muerte súbita que los que no, los niños más dependientes de pequeños serán adultos más independientes y seguros de sí mismos... si no saben esto, quizás nunca decidan dar el pecho.
Los beneficios de la lactancia materna son muchos y están demostrados científicamente, podéis encontrarlos en webs como la de la OMS, AEP y miles de blogs como los que aparecen en la lista de abajo. Pero yo os voy a nombrar los que yo misma he podido comprobar con mi experiencia como madre:
1. Mi leche alimenta el cuerpo. Durante 6 meses enteros una persona ha crecido, se ha desarrollado y ha engordado (lo justo y necesario, nada de bebés obesos) únicamente de mi leche. La leche materna tiene un contenido de grasa relativamente alto comparada con la mayoría de alimentos complementarios. Fuente importantísima de energía y ácidos grasos esenciales, que tienen una relación directa con el desarrollo cerebral de los niños y sigue siendo el alimento más completo desde el punto de vista nutricional.2. Mi leche alimenta el alma. La unión que existe entre mi hijo y yo sólo la conocemos nosotros y quienes nos rodean (obviamente cada madre establece un vínculo especial con su hijo, amamante o no) pero el que se crea con el pecho es mágico, esas miradas, jugando con nuestras manos, haciéndome reír él a mí y al revés... mágico3. Mi leche cura una conjuntivitis. De verdad, mi hijo tuvo principio de conjuntivitis y sólo bastaron unas gotas de mi leche para curársela!4. Mi leche es gratis. He calculado un ahorro de unos 1.800 euros en el primer año de vida5. Mi leche siempre está caliente, siempre está disponible y siempre hay!6. Mi leche no se acaba jamás7. Mi leche (o mejor dicho, mis pechos) son mágicos, hacen que mi hijo deje de llorar por un golpe en cuestión de segundos
8. Mi leche aporta beneficios psicológicos y un mejor desarrollo cognitivo.
9. Mi leche protege el sistema inmunológico. La leche materna es una fuente incoparable de defensas (a partir del 2º año del niño la concentración de células inmunológicas en la leche aumenta - razón de más para mantener la lactancia prolongada).
10. La lactancia materna hasta al menos los dos años protege ante la diabetes tipo 1. (hay estudios que lo prueban).
11. Mi leche protege a mi hijo de no ser obeso. Hay estudios que demuestran que a mayor duración de la lactancia, menos riesgo de obesidad y sobrepeso. (Se ha demostrado una prevalencia de obesidad a los 5-6 años de edad del 4,5% en niños no amamantados, del 3,8% en los amamantados durante 2 meses, del 2,3% de 3 a 5 meses, del 1,7% los amamantados entre 6 y 12 meses y del 0,8% en aquellos con lactancias superiores al año de edad).
12. La lactancia prolongada aporta mayores beneficios para la madre: menos riesgo de osteoporosis, menos riesgo de cáncer de mama y ovarios.
Podría no parar nunca!!!!!!!!!
Así pues la gran pregunta ¿hasta cuándo dar de mamar a un niño? Pues hasta que madre y niño quieran!!! Ayer me contaba una amiga que su hijo de 3 años un buen día le dijo: "mami, ya soy mayor, hoy ya no tomo más teta" (vaya disgusto se llevó la pobre... jeje)
Así que pienso seguir amamantando a mi hijo mientras me salga de la teta, por que él lo vale y por que me da la gana, digan lo que digan, piensen lo que piensen. Verdad que yo no les pregunto por qué carajo siguen dando biberón a los niños de 4 años? pues lo mismo. Cada cual con sus tetas y su hijos, que haga lo que quiera! eso sí, con conocimiento de causa y habiéndose informado antes y con amor, mucho amor, que últimamente el mundo anda falta de amor.