Mañana finaliza la Semana Mundial de la Lactancia Materna, a la que ya dediqué una entrada recientemente. Vivimos en esa parte del mundo, inconsciente en muchas ocasiones del precio de sus privilegios, que se permite dar la espalda a la gran mayoría y sentar cátedra como si no hubiese otra realidad. Por eso me permito reproducir la serie fotográfica La lactancia materna y la vida que con motivo de esta semana podemos ver en la web de Save the Children, para finalizar con un vídeo ilustrativo de las consecuencias del tipo de cultura dominante que UNICEF ha publicado recientemente, haciendo referencia a la situación de Chad.
En nuestro último Informe sobre el Estado Mundial de las Madres 2012 destacábamos que la lactancia materna podría salvar la vida de un millón de niños al año, sin embargo menos del 40% de los niños y niñas en países en desarrollo se benefician de la lactancia materna exclusiva debido a la falta de compromiso político y de programas concretos.
Este es nuestro particular homenaje a uno de los actos más instintivos entre una madre y un hijo.
Tasnima, con su hijo Apurbo, de dos, en el hospital de Ad-Din en Maghbazar, en Dhaka, Bangladesh.
Daw Win con su bebé de tres meses en Myanmar. Daw se quedó embarazada justo después de que el ciclón Nargis golpeará Myanmar en mayo de 2008. Cuando el bebé nació tuvo problemas para darle el pecho y el bebé se quedó muy delgado y débil. Una compañera de Save the Children, trabajadora sanitaria, apoyó a Daw Win explicándole todos los días como dar el pecho a su bebé así como repartiendo alimentos básicos fundamentales para su desarrollo.
Winnie y su hija de tres meses, Diana Rose, después de participar en la sesión de lactancia que organizamos en el centro de evacuación de San Pedro, provincia de Laguna, Filipinas, tras las inundaciones de octubre de 2009.
Una madre primeriza da el pecho a su bebé recién nacido en la sección de maternidad del hospital de Uliastai, en la provincia de Zaykhan, Mongolia.
Shahnaz Gul, trabajadora sanitaria, visita al bebé Naveed, de apenas seis días, y a su madre en su casa en el distrito de Muzzafargarh, en Pakistán. Estas trabajadoras sanitarias (siempre son mujeres) están contratadas por el gobierno y ofrecen consejos sobre salud, cuidado del bebé y servicios en las comunidades locales. Desde Save the Children ofrecemos formación a las trabajadoras con un especial énfasis en la detección de los casos de desnutrición.
Rachelle (a la derecha) está aprendiendo como dar el pecho a su bebé de un mes en una de las tiendas de bebés que establecimos en Leogane, Haití, tras el terremoto de enero de 2010. En estas tiendas ofrecíamos un espacio seguro a las mamás para que pudieran dar el pecho con tranquilidad y ofrecerles todo el apoyo y consejo que pudieran necesitar.
Los gemelos Munit y Mutamid, sufrían desnutrición a los pocos días de nacer. Gracias a una lactancia continua y exclusiva, su estado está mejorando. Nigeria.
Inmediatamente después de nacer, el bebé fue colocado en el pecho de su madre para asegurar un buen apego y para que recibiera el calostro (la primera sustancia nutritiva segregada por las glándulas mamarias de la madre al dar a luz). Nigeria.
Monera Begum con su hija de 16 días Samiba, en su casa en el poblado de Chanpur, en Bangladesh.
Aroun Longolia (a la derecha) en casa con sus dos gemelas, Adele y Jennifer. Nigeria.
Edna es la madre de Heloise, de tres meses, y es beneficiaria del proyecto Mãe Coruja, en el estado de Pernambuco, al noreste de Brasil, que busca reducir la mortalidad materno infantil ofreciendo una atención sanitaria integral a madres embarazadas y bebés menores de 5 años. Además, se ofrecen talleres y charlas sobre la importancia de la lactancia exclusiva, una buena nutrición y otros aspectos relacionados con la alimentación del bebé.
Maricélia cuida en sus brazos al pequeño Jonatas Mateus en su casa en Petrolina, Brasil. Maricélia también es beneficiaria del proyecto Mãe Coruja.
Un grupo de madres y bebés participan en una sesión que organizamos sobre nutrición para ayudar a empoderar a las mujeres y mejorar su salud y la de sus hijos e hijas en el distrito de Muzzafargarh en Pakistán. A estas sesiones también acuden los hombres para sensibilizarles sobre su rol y responsabilidades en la lucha contra la desnutrición infantil.
Kausar, dando el pecho a su bebé de cinco meses, Muradabad, en el distrito de Muzaffargar, Pakistán.
Rukia y su bebé de nueve días, Husseinat en la sala de “madre canguro” en el hospital de distrito de Mtwara, en Tanzania. El método canguro puede ayudar a los bebés pequeños a sobrevivir. Cuando el recién nacido se envuelve piel con piel con la madre, el bebé mantiene tiene una temperatura corporal adecuada y puede tomar el pecho a demanda.