La Laguna de La Nava en Palencia … Mar de campos

Por Qnatur
Qnatur Deje un comentario

La Laguna de La Nava y Campos de Palencia es un espacio de la Red Natura 2000 caracterizado por un paisaje suavemente ondulado, interminable, deforestado, en donde predomina la estepa cerealista.

Con semejante descripción a priori podría parecer un lugar poco interesante, pero nada más lejos. Patrimonio natural y cultural compiten en interés.

Una arquitectura singular, obras civiles como el Canal de Castilla, dársenas, fábricas de harina y almacenes se unen a una rica y variada fauna de aves esteparias y una gran laguna, convertida en zona húmeda de importancia internacional.

De ferias y navegación

En época de los romanos estas tierras ya eran famosas por la producción de cereales, una tradición que se ha mantenido a lo largo de la historia y que ha configurado su paisaje y sus pueblos.

También tuvo un importante papel durante las invasiones de las tribus germánicas en el S V, pues fue en Tierra de Campos en donde se asentaron los primeros visigodos y desde aquí se dispersaron al resto de la Península Ibérica , por lo que este territorio también ha sido conocido en la historia como Campos Góticos. Más adelante acuñó el nombre del Granero de Castilla.

En la época de la dominación musulmana era un territorio fronterizo y peligroso, por lo que  permanece desierto hasta el S IX, cuando los primeros colonizadores procedentes de la Cordillera Cantábrica poco a poco se atreven a recolonizarlo.

En 1250 Fernando III El Santo, el rey que hace retroceder a los moros hasta el sur de Andalucía, otorga a Villalón de Campos permiso para organizar un mercado de ganado.  Poco después, con la creación de la Mesta en 1273, el mercado gana todavía más importancia y termina por convertirse en una importante feria que duraba 46 días, que se mantuvo hasta el S XVI.

La agricultura y la ganadería, impulsada por estas ferias, contribuyó a desarrollar un importante tejido económico que se refleja en la arquitectura civil y religiosa de los pueblos de la comarca.

Junto a la laguna está Fuentes de Nava, en donde destaca la iglesia de San Pedro (SXVI), con pinturas de Berruguete, la Iglesia de Santa María, con un  valioso artesonado mudéjar, y numerosas casas blasonadas de la época.

En un radio de pocos kilómetros en torno a Fuentes de Nava tenemos otros lugares de gran interés artístico. A 18 Km, en Cisneros, está la Iglesia de San Facundo y Primitivo, que alberga uno de los mejores artesonados de Castilla y León (S XV –XVI). A 15 Km nos encontramos con Paredes de Nava, cuyo casco antiguo cuenta con numerosas edificaciones medievales, iglesias y monasterios que forman un conjunto de gran interés.

No menos interesante es la arquitectura popular, levantada a base de ladrillos de adobe, una mezcla de barro y paja, que luego se enlucía con el mismo material. Un elemento singular de este paisaje son los palomares, generalmente de planta redonda.

El espacio protegido está atravesado por el Canal de Castilla, una fabulosa obra de ingeniería del S XVIII construida para favorecer el transporte de mercancías entre las zonas cerealistas y Santander. En su época de apogeo llegó a tener circulando hasta 350 barcazas, lo que da idea de la importancia que tuvo hasta la llegada del ferrocarril.

Naturaleza de importancia internacional

Es una extensa llanura, con apenas ondulaciones, de suelos arcillosos, en donde tienden a formarse lagunas endorreicas de carácter estacional.

La laguna de mayor tamaño es La Nava. En sus orígenes se extendía por unas 2.500 hectáreas, dependiendo de la pluviosidad, por lo que era uno de los mayores humedales de España. Durante la Edad Media hubo varios intentos para desecarla, lo que no se consigue hasta 1968.

En 1990 se inicia un proyecto de conservación de la naturaleza con el que se recuperan 307 hectáreas de la antigua laguna, con una profundidad media de 40-50 cm.

Muy ceca están las navas de La Güera (30 ha) y El Hoyo (30 ha), y a 16 Km está la nava de Boada (60 ha). Hay otras navas en Tamariz y Pedraza de Campos. En general casi todas ellas fueron desecadas a mediados del siglo pasado.

El principal ecosistema del sitio es la llanura cerealista, con una importante población de aves esteparias. Hay avutarda (1488 ejemplares), sisón (46-58  machos), aguilucho cenizo (66-82 parejas), ortega (19-26 parejas), ganga (15-20 parejas), aguilucho pálido (7-8 parejas) y cernícalo primilla (131 parejas).

Al igual que ocurre en Villafáfila, la monotonía de la llanura cerealista se ve rota por algunas lagunas y navas de origen endorreico, por lo que el grado de inundación varía dependiendo de la pluviosidad.

En la Laguna de La Nava, durante el invierno puede haber importantes cantidades de anátidas: ánade silbón, ánade friso (250), cerceta común (1.000), ánade real (10.000), pato cuchara (1.100), ánsar común (más de 20.000), ánade rabudo (300), focha común (1.000), avefría (10.000), chorlito dorado (1000) además de muchas otras especies.

Durante el periodo reproductor es importante para la cigüeñuela (90 parejas), garza imperial (65 parejas), fumarel cariblanco (35 parejas), aguilucho lagunero (20 parejas) y ocasionalmente nidifican el fumarel común, la polluela pintoja y polluela chica.

Ocasionalmente se pueden ver aves escasas o raras, como avetoro, ánsar chico, barnacla cuellirroja, garcilla cangrejera, morito, barnacla cariblanca, espátula, tarro canelo, canastera, pagaza piquirroja, malvasía, pagaza piconegra, etc.  Una de estas especies raras es el carricerín cejudo, especie muy escasa que nidifica en el Este de Europa.

Por todo ello Laguna de La Nava ha sido declarada Humedal RAMSAR de Importancia Internacional.

También te puede interesar ...

Ver grullas Los últimos humedales de la Península Ibérica Entender el paisaje de Doñana Compartir