Una inquietante novela futurista donde la realidad supera a la fantasía más terrorífica. El escenario: una sociedad ultraconservadora que ha llevado al paroxismo sus rasgos más perversos, dominada por un estado policial. El acontecimiento: la más extraordinaria competición deportiva, una agotadora marcha a pie donde un resbalón puede ser el último. Los competidores: cien adolescentes elegidos por sorteo y decididos a pasar sobre los cadáveres de sus compañeros para llegar a la meta. El premio: fama y fortuna para el ganador, es decir, para el único superviviente... Solo uno será el triunfador. Los 99 restantes morirán.
Si en Rabia decíamos que King esgrimía y planteaba cierta crítica hacia el sistema educativo, la violencia entre adolescentes y la capacidad de manipulación de unos y desidia de otros, en esta ocasión la denuncia del escritor de Maine se dirige hacia una hipotética y futura sociedad de consumo brutalizada, entregada al disfrute de un reality show macabro y enfermizo como es la Larga Marcha (que conlleva la muerte en vivo y en directo de noventa y nueve de los cien participantes...), cosa que no debería sorprendernos tanto si echamos un vistazo a la parrilla televisiva actual, plagada de programas basura y realities sensacionalistas que quién sabe si de seguir este camino no desembocarán en algo parecido a lo que King plantea (y no miro a nadie, ¿eh, Telecinco?)
La Larga Marcha supuso la confirmación (seudónimos aparte...) de que Stephen King es un narrador soberbio que funciona en diversos y múltiples ámbitos, no siendo necesario que sus obras contengan elementos de horror sobrenatural. En esta ocasión, La Larga Marcha es una muy buena novela con enormes dosis de terrror psicológico y que rezuma "soft sci-fi" (aquella parte de la ciencia ficción que se centra más en la parte psicológica y sociológica dejando un poco de lado la ciencia pura y dura o "hard sci-fi")por los cuatro costados. Con un argumento entretenido que a priori puede parecer simple, la carga emotiva y reflexiva es enorme, haciéndonos partícipes del espectáculo en el que están inmersos los protagonista de la historia y testigos de todo aquello que se agita en su interior.