En el arranque de la 9na fecha, Argentinos Juniors le ganó a Racing, en su estadio, por 2 a 0. Hasta acá todo normal, si no hubiese sido porque el primer gol del ¨Bicho¨ fue con la mano. Una mano alevosa, casi un jab de boxeo, fue el recurso que utilizó el uruguayo Diego Scotti para romper el cero. Luego Argentinos ampliaría su ventaja y dejaría a Racing continuar con su penar futbolísitico. Sin embargo en conferencia de prensa, un periodista le preguntó a Claudio Borghi, técnico de Argentinos, por la jugada del primer gol, festejando la picardia del defensor. Borghi, plantó una bandera poco común, pero que hace bien. Sin entrar en la humorada, dejó en claro que no es algo que a él lo ponga orgulloso. El hecho de hacer un gol con la mano para Borghi no tiene nada de picardia sino que a su entender tiene que ver más con una trampa, con una deslealtad deportiva. (No tengo las declaraciones textuales, y en internet no pude encontrarlas tampoco,lo escuche al pasar y creo útil que quede registrado al menos así, al menos acá). Esto toma relevancia por los dichos de un Diego que amparado en el desahogo y el ¨todo pasa¨ de Grondona, cree no tener que pedir disculpas y por que el propio Maradona, dueño de la mano de Dios, estuvo presente en el estadio que lleva su nombre.
El Bichi como se lo conoce en la jerga futbolera, fue un exquisito jugador en la década de los '80 brilló en Argentinos y su fútbol de sutileza máxima se vió en muchísimos terrenos, desde Argentina partió a Italia, para recorrer así Suiza, Brasil, México y Chile. Un tipo distinto que puede contar que fue hombre de River, de Milán, del Flamengo y hasta de un tal Correcaminos.
En esa simpleza, en esa humildad, en esta declaración de principios y de buena leche, encontramos hoy códigos de convivencia que no abundan.
Sin hipocresias: En lo personal, he deseado en más de una oportunidad ganar un partido ¨con un gol en el último minuto y con la mano¨, sin embargo esta visión de Claudio Borghi amplia el espectro, nos llama al replanteo y frena un poco el tren de la viveza y la piolada criolla que, sabemos, puede terminar en un pedido expreso de servicios orales si se apaña en desmesura. Un freno justo para tener en cuenta.
Un párrafo para Almeyda y Perfumo
Se sabe, Matías Almeyda es el emblema de este River por sobre la figura de Ortega, de Gallardo y de su técnico Astrada, por rendimiento, por entrega y porque es él el abanderado en la búsqueda del rumbo millonario a fuerza de trabar y trabar, de correr y correr aún en contra del calendario. Hoy jugó su primer partido como defensor central y se lo notó aplomado, en la transmisión de canal siete el relator destacaba el oficio con que Matías había resuelto un situación comprometida ¨Con oficio de defensor, no Mariscal?¨ le tiró a Roberto Perfumo, crack devenido en comentarista, que del tema sabe como pocos. El Mariscal, cada vez más lúcido para definir situaciones largó, ¨oficio de defensor no, oficio de futbolista tiene Almeyda¨ mejor título imposible.