Caminando en la calle u ocupando un puesto en el transporte, uno puede ver a un joven leyendo algún ejemplar y eso es motivo suficiente para esbozar una mediana sonrisa y pensar que quizá no todo está perdido hoy en día. Pero sólo es que uno vea a cierta dama devorando páginas y páginas de la copia que sostenga entre sus manos y ya pensamos que la perfección misma se presenta ante nuestros ojos. Una mujer leyendo causa fascinación, crea hechizo, despierta delirio. Y si no cree, busque a una en la librería más cercana y quédese viéndola unos segundos. Antes de lo que imagine se sentirá soñando porque creerá que libro y mujer son una sola pieza, una escultura colosal e inseparable producida por dioses infames que nos querían a los hombres suplicando un instante más de tan magnífico panorama. Sí, vaya vea con descaro o disimulo a esa señorita absorta en mundos de papel y se dará cuenta de que tal visión es gloriosa, celestial. La mujer sola ya es tesoro, pero con un libro a la mano se antoja paraíso eterno.
Regrese a casa y no habrá terminado de cerrar la puerta cuando ya llegue a sus oídos ese saludo amoroso de la mujer de su vida: sí, su mamá, que estuvo desde principio y estará hasta el final. ¿Qué ya no está? ¿Qué pasó a mejor vida? Pues no dude que desde donde esté, le cuida y le brinda ese amor únicamente posible en el corazón de una mujer. Y entonces váyase a su cuarto, recuerde las damas que desfilaron por su vida en las últimas horas, échese en la cama y agarre un libro. Ábralo y verá qué… ¡oh sorpresa! Úrsula Iguarán lo espera para mostrarle lo que son Cien Años De Soledad, miss Granger no aguanta las ganas de exhibir que de nuevo triunfó en sus exámenes mágicos, la Bea muere de impaciencia por enseñarle con Daniel Sempere lo que es El Cementerio De Los Libros Perdidos, Katniss le suplica que la acompañe en su travesía por Panemy Denna muere por frustrarlo con su enigmático ir y venir en la vida de Kvothe. Porque donde quiera que usted vea, las mujeres estarán allí para hacer de su existencia algo que vale la pena vivir.
Aunque aquí nos centremos en las mujeres que se relacionan con el mundo de la literatura,todas merecen ser recordadas y reconocidas en este día, aunque lo ideal es que suceda a cada minuto de cada año. Lea o no, escriba o se abstenga de ello, cada una contribuye de cierto modo para que esta casa llamada Tierra tenga orden y sentido. Por ello sólo resta decirles: ¡Feliz Día De La Mujer!
Aquí en Librosintinta el término hombre es casi inexistente porque casi todas las colaboradoras son damiselasde aire soñador que bien se valen por sí solas y con tanta belleza y talento espantan a los jóvenes que aspiran a contribuir con el blog. Cómo sigo yo aquí, eso no lo sé, pero estoy muy agradecido y contento por tener la chance de leer y conocer a mujeres tan especiales que hacen de este lugar algo único, diferente. A María del Carmen, que creó todo esto, a Joa, Raquel, Abril, Amanda, Lizza Orta, Gabby, Alex River, Guadis López, Bloody Mary y todas las demás mujeres que colaboran aquí, mil gracias por tanto. De corazón, feliz día. Y a ti, lectora, gracias por brindarme tu tiempo en este blog y por amar las letras tanto como yo. Ese es un detalle más dentro de tantos que te hacen única, especial. Un detalle vital que te convierte en la Lectora De Mis Sueños.
Jef Volkjten