La lengua. El Verbo se hizo carne y...

Por Carmen Pérez Mourelle @elvencejo

LA LENGUA
La lengua es considerada como una llama. Posee la forma y la movilidad.
Destruye o purifica. Como instrumento de la palabra, ella crea o aniquila,
su poder es ilimitado. También se la compara al brazo de una balanza: ella
juzga. Según las palabras que profiere, la lengua es justa o perversa,
arrogante o maliciosa.
La lengua de Dios es comparada al fuego devorador, símbolo de su poder y su
justicia. Las lenguas de fuego simbolizan el Espíritu Santo, considerado
como la fuerza de la luz. En los escritos hebreos, se habla de las malas
lenguas como uno de los cuatro males que causan la perversión en el mundo.
Los otros tres son el asesinato, la impudicia y la idolatría. Las malas
lenguas o la calumnia eran consideradas como una ofensa grave por la
tradición hebrea: eran necesarios 23 jueces para juzgar a un calumniador. El
calumniador (aquel que genera un mal nombre), era de cierta manera un criminal.
La lengua humana, órgano de la palabra, es considerada como la creadora del
verbo, cargada del poder de fecundación. De la lengua dependen las
relaciones humanas; puede ser el factor de conflictos, de disputas, pero
también de fortuna, de riqueza material y espiritual.
Saber contener la lengua, significa haber llegado a la madurez y ser dueño
de sí mismo. Por otra parte, la lengua es el órgano del gusto, es decir, del
discernimiento. Ella separa lo bueno de lo malo.
Abrazos cordiales y "simbólicos"
Marcia Alejandra
http://www.kronos.org/bitacora/12-diciembre-98/1099Jueves10-12-98EdicionMatinal.txt