Cuento de la tradición sufí de S.E. Muzaffer Ozak Orden Halveti-Jerrahi, extraído del libro " El amor es el vino" de S. Ragip Frager
Un día un hombre le prestó dinero a un viejo amigo. Unos meses más tarde, sintió que necesitaba su dinero, así que fue a casa de su amigo, que vivía en una ciudad próxima, para pedirle que le devolviese el préstamo. La esposa de su amigo le dijo que su marido había ido a visitar a alguien al otro lado de la ciudad. Le dio al visitante unas direcciones y éste se fue a buscar al deudor.
De camino, pasó al lado de una procesión fúnebre. Como no tenía prisa alguna, decidió unirse a la procesión y ofrecer una oración por el alma del muerto.
El cementerio de la ciudad era muy viejo. Al tiempo que se excavaba una tumba nueva, se exhumaban algunas de las antiguas.
Al lado de la tumba nueva, el hombre vió a su lado una calavera recién desenterrada. Entre los dos dientes delanteros de dicha calavera había una lenteja. Sin pensar en lo que hacía, el hombre tomó la lenteja y se la metió en la boca.
Justo entonces, un hombre sin edad definida y con barba blanca se le acercó y le preguntó: “¿Sabes porque estás aquí hoy?”
“Pues claro, estoy en esta ciudad para ver a un amigo mío”.
“No. Estabas aquí para comerte esa lenteja. Ves, esa lenteja estaba destinada para ti, no para el hombre que murió hace algún tiempo y que no pudo tragársela. Estaba destinada para ti y ha ti ha llegado”.
Efendi comentó: “Esto ocurre así con todas las cosas. Dios provee tu sustento. Sea lo que sea que esté destinado para ti, no dudes que te llegará”. La cuchara | The Spoon. Blog de cocina sufí para la tripa y el corazón. Cursos de cocina, recetas para cocinar con intención