Dijo el Senador Pichetto: “¿Cuánta miseria puede aguantar Argentina recibiendo inmigrantes pobres?”
Salió el INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, Xenofobia y el Racismo) junto a una jauría de enfurecidos periodistas, opinólogos, panelistas, movileros, y unos cuantos etcétera más a castigarlo por sus “desafortunados, xenófogos, ofensivos, y agraviantes dichos.”
Y aquí estúpidamente se me ocurre la pregunta del millón: Y el Inadi? Bien, gracias.
Al parecer tratar así al Señor Presidente de la República, y a un Senador de la Nación, forma parte de una pseudo libertad de expresión que se ha convertido en un libertinaje que no conoce límites, y que los ciudadanos respetuosos escuchamos casi ya con resignación, porque “hay que tomarlo como de quien viene” porque si se les denuncia (al Inadi, claro) se sentirán privados de sus derechos, perseguidos, y saldrán a despotricar por todos los medios, como ahora hace la Jefe de la Banda, quien ha descubierto que la calle tiene otro color cuando se la ve desde el asfalto, tanto que ahora prefiere que la llamen:” Cristina militante”