Cada víspera del año nuevo, un monstruo ancestral se encargaba de propagar el miedo a lo desconocido. Conoce cómo se originó esta leyenda y que se esconde detrás de ello
Conocida también como Fiesta de la Primavera - pues marca el principio de esa estación y fin del invierno - la celebración se remonta a unos 5.000 años atrás; es una de las tradiciones más antiguas que han perdurado hasta nuestros días, es por esta razón que su origen se pierde en el tiempo, sin embargo una leyenda asegura que detrás de este festejo de color y buenos deseos se esconde una terrible bestia conocida como Nián, la cual en el pasado remoto fue la pesadilla de toda China.
Se dice que el monstruo Nián se ocultaba en el fondo del mar o en las montañas más altas: tenía cuerpo de toro, cabeza de león y cuernos como los del Unicornio; sus fauces eran tan grandes que podía engullir un pueblo entero. Durante la víspera de la primavera, el espantoso ser se despertaba de su sueño invernal y, cuando no encontraba suficiente alimento, atacaba los poblados a su paso. A veces incluso sólo por diversión destruía cultivos o devoraba animales o humanos.
Por lo tanto, la celebración del Año Nuevo en China debería llamarse Paso de Nián o Gou Nián en chino. Sin embargo, el término fue poco a poco modificándose el nombre hasta llegar a ser Festival de la Primavera, después de que el Partido Comunista Chino tomará el poder. A medida de que ha ido pasando el tiempo la gente se ha ido olvidando de la leyenda. Nada estaba a salvo, sobre todo los niños, por cuya carne sentía predilección.
Debido a su fuerza y poder, para la gente común es imposible enfrentarlo, así que cada noche de Año Nuevo abandonaba sus aldeas y huía a los montes para escapar de Nian. En algunas ocasiones, un anciano llegó a una de las poblaciones que se preparaban para huir. Dada la urgencia y el pánico que se apoderaba de los pobladores, nadie se percató de él, excepto una vieja mujer a la que el forastero pidió alimento y hospedaje. La mujer le recomendó seguirla hasta su refugio, pero el hombre le dijo que si le permitía quedarse en su casa esa noche, se encargaría ahuyentar a la bestia.
La anciana, estupefacta, intentó convencerlo para salvar su vida, y él se negó.
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