Sin duda alguna es una de las más famosas fiestas de Barcelona , una celebración que une el romanticismo y la cultura con el carácter festivo y alegra de las fiestas populares. Celebrada el 23 de abril de cada año, la fiesta deSant Jordi en Barcelona es una ocasión extraordinaria para conocer la ciudad.
La tradición marca que cada 23 de abril los catalanes salgan a la calle en busca de dos preciados tesoros: un libro y una rosa. ¿El motivo? Conmemorar la muerte del patrono de Catalunya, Sant Jordi entregando rosas a las damas y celebrar el Día Internacional del Libro instituido por la UNESCO en 1996.Durante este día, numerosas calles de Barcelona son inundadas por puestos de vendedores de libros y rosas. Los autores más populares (e incluso los noveles y prácticamente desconocidos) dedican varias horas de la jornada a firmar ejemplares.Lo habitual es que las parejas intercambien obsequios, como si se tratara de la celebración de los enamorados.
Si quieres aprovechar al máximo la fiesta de Sant Jordi en Barcelona te sugiero te dirijas a la Plaza Catalunya. Desde allí, en todas direcciones, encontrarás distintos espacios donde se realizan eventos culturales. Algunos recintos, como el Palau de la Música, anuncian con anticipación coloquios con autores. La cadena de tiendas Fnac suele organizar firmas de libros de los autores más vendidos. En otros lugares se preparan lecturas en voz alta en las que pueden participar todos los que lo deseen. Además, es común encontrar caminando por las ramblas a personalidades del medio artístico o deportivo que también aprovechan el día para comprar libros... y en caso de no saber que elegir hace unos días te recomendaba unos cuantos para toda la familia, para los niños de 0 a 10 años y para adolescentes y adultos. Actualmente, la festividad de Sant Jordi ha llegado a otros países, pero si puedes vivirla en Barcelona, seguramente será inolvidable.Pero realmente ¿conocéis la historia de este noble?... allá que voy a contar una historia de caballero, princesa y dragónLa bestia se había instalado a las afueras del pueblo, infectando el aire y el agua con su aliento apestoso y causando estragos entre el ganado.