La leyenda del Santo Grial

Por Detectivesdelahistoria

Una de las historias que se relacionan con el ciclo artúrico es el cuento del Santo Grial. En dicho relato se ven personajes tan emblemáticos como el rey Arturo, Perceval, Gawain y el Rey Pescador, y la búsqueda de un tesoro con propiedades mágicas. Y no se trata de cualquier tesoro, sino del que ha suscitado más pesquisas sobre su realidad y ha gestado más leyendas. La búsqueda del Cáliz utilizado en la Última Cena por Cristo ha involucrado a templarios, cátaros y otros misterios medievales. No se puede negar que este conocido tesoro ha hundido sus cimientos en el imaginario común, hasta el punto que su historia ha saltado al mundo del celuloide con películas como Indiana Jones y la última Cruzada y El código da Vinci.

  1. La leyenda de Perceval, la primera aparición del Grial.

La primera aparición del Grial se encuentra en la obra de Chrétien de Troyes del siglo xii que narra la historia de Perceval y su encuentro con el rey Pescador. Habría que destacar que es una leyenda que ancla sus raíces en la mitología celta como todas las historias del ciclo artúrico. En este caso se encuentra similitudes entre la historia del caballero Perceval con un texto del siglo vi de un bardo galés, llamado Taliesín.

Sin embargo, el relato de Chrétien es más conocido y el que ha influido más en las historias posteriores. Según la obra de Chrétien Perceval llega al castillo del Rey Pescador buscando albergue y guiado por las indicaciones de dos pescadores, uno de los cuales resulta ser el Rey Pescador. Mientras les sirven la cena Perceval ve como aparece una Lanza de cuya punta mana una gota de sangre, unos candelabros de oro, un Grial que lleva una joven y que resplandece más que las velas y un plato de plata.

No obstante este Grial no es descrito como una copa, sino como un plato más ancho que profundo. El grial (graal o gradale) era comúnmente una pieza de vajilla donde se servían ricos manjares. Será Robert de Boron quien asocie el Grial con el Cáliz de la Última Cena. La representación del Grial como un plato circular y dorado recuerda la adoración del sol por parte de los celtas. Por otro lado, el Grial como fuente se asocia en algunas ocasiones con el caldero celta que simboliza la renovación, la consagración y la resurrección. El mismo significado que se le otorga al Santo Grial cristiano.

En la historia de Chrétien el caballero Perceval reprime su curiosidad y no pregunta ni por la Lanza sangrante ni por el Grial. Pero eran precisamente esa preguntas las que habría resulto el misterio y gracias a ellas el Rey Pescador habría sanado de sus heridas. Perceval decide interrogar al día siguiente a algún sirviente sobre los dos fabulosos objetos, pero por la mañana se despierta completamente solo en el castillo. Al salir del mismo se encuentra con su prima, a la que no conocía y que le cuenta que su madre ha muerto de tristeza por su ausencia y le explica el error de su silencio en la noche pasada. Perceval deberá buscar al Rey Pescador y enmendar su falta.

Por ello el caballero tendrá que emprender un peregrinaje durante cinco años. Durante ese tiempo se olvida de pisar una iglesia ni de adorar a Dios hasta que en su camino se cruza con cinco caballeros y diez damas que iba descalzos en penitencia. Al verlos Perceval se arrepiente y va con ellos al monasterio a donde se dirigen para confesarse con el ermitaño. Resulta que el ermitaño es su tío y hermano del Rey Pescador. Le explica que lo que contenía el Grial era una única hostia, con la que se alimentaba al padre del Rey Pescador. Perceval cumple la penitencia que le impone su tío por haber dejado a su madre y no haber preguntado por la Lanza y el Grial.

  1. La búsqueda del Santo Grial.

Sin embargo, la obra de Chrétien de Troyes termina en este punto sin que se resuelva totalmente el misterio del Grial. Tampoco se afirma explícitamente que éste grial sea el Cáliz de Cristo. El escritor francés deja el pasaje en brumas. Sea Robert de Boron quien asimile el Grial de la historia de Perceval al Santo Grial de la Última Cena.

Según el relato de Robert Boron el Grial del ciclo artúrico es el cáliz que Cristo usó en la Última Cena y con el que instituyó la Eucaristía. En ese mismo vaso José de Arimatea recogió la sangre del Mesías. Aunque es cierto que en la obra de Chrétien de Troyes no se dice nada del Grial, su contenido de una hostia con la que se alimenta al padre del Rey Pescador sí lo pone en relación con la misa. Con todo será por la mano de Robert de Boron por la que se cristianice totalmente la historia del Grial. Éste se convierte en un símbolo cristiano.

La búsqueda del Grial simboliza la búsqueda de la salvación, cuya culminación sólo pueden logrará los elegidos. La visión de lo que contiene el Cáliz es la visión de Cristo hecho carne, es decir, el misterio de la Transubstanciación. Es símbolo de la presencia real de Cristo entre los hombres. No se trata de liberar al Rey Pescador de sus heridas, sino de un camino que cada uno debe emprender por su propia alma.

Según la historia de Boron, José de Arimatea es encarcelado por los judíos tras la muerte de Jesús. En la misma cárcel se le presenta Cristo y le entrega el Grial, en el que se había recogido su sangre. A la muerte de José el Cáliz pasa a su hijo Bron y luego a su sobrino Helaín. Robert de Boron no identifica a Helaín con Perceval, pero ésta será la lectura que haga posteriormente a su obra. De ahí que de todos los caballeros que parten en busca del Grial sean sólo tres, Perceval, Galaz y Boores, los escogidos para encontrarlo. Perceval o Helaín es el tercer guardián del Grial y el elegido para encontrarlo.

  1. El Grial como la lapis exilis.

Hay una tercera historia que aparece en la Edad Media sobre el Grial escrita esta vez por un alemán, Wolfram von Eschenbach. En su obra Parzival el caballero no consigue llegar al Castillo del Grial, Munsalvasche, por su difícil acceso. Sin embargo, en este relato el Grial no es el Cáliz de la Cristo, sino una piedra custodiada por una familia, que se alimenta de forma milagrosa. Esta piedra es el lapis exilis, es decir, es la piedra milagrosa de los alquimistas. Esta misma piedra, llamada Piedra Filosofal, se ha relacionado en algunas ocasiones con Cristo, aunque también con Hermes. La identificación entre el Grial y el Lapis exilis no resulta tan extraña, ya que ambos poseen cualidades similares y están relacionados con la Inmortalidad.

Según la historia de Wolfram el Grial está protegido por los Templeisen, una orden militar con votos de castidad. El Castillo del Grial sería conocido como Monsalvat y sus custodios tendrían poderes mágicos. Este castillo ha sido identificado con el de Monserrat algunas veces, pero también con el monasterio de San Juan de la Peña en Huesca, con el bastión cátaro de Montsegur y con el Mont Saint Michel en el norte de Francia.

La obra de Wolfram fue llevada en el siglo xix a la Opera de la mano del gran compositor alemán Wagner, quien también adaptó otras leyendas medievales como la del Anillo de los Nibelungos. Wagner no sólo narra lo que le ocurre a Perceval cuando va en busca del Grial, sino que continúa la historia del hijo del caballero y de lo que ocurre en el Castillo Montsalvat.

  1. El Santo Grial y los descendientes de Jesús.

Hay otra historia vinculada al Grial que, aunque no se base en la obra clásica de Chrétien ni en las leyendas del ciclo artúrico, sí ha tenido bastante difusión e los últimos tiempos, sobre todo gracias a la película del Código da Vinci. El escritor inglés sir Laurence Gardner propone la teoría de que el verdadero Grial son los descendientes de Jesús y de María de Magdalena, Jesús Justo y Josefes. Jóse de Arimatea se lleva a Jesús Justos a Inglaterra y ahí tiene un hijo, que se llama Galains. Galains es reconocido como uno de los caballeros de Arturo.

En esta historia se muestra la división de una iglesia pública, representado por los apóstoles y el papado, y otra iglesia secreta, que sería la portadora de la sangre de Cristo, es decir, de sus descendientes.

5. Conclusiones. 

Sea de una forma o de otra la historia del Grial ha generado mucha tinta y ha dado su salto a la gran pantalla. Es una de las leyendas medievales más conocidas y difundidas y aún hoy día sigue su andadura por el mundo, mezclándose en diferentes historias. No se puede negar que es un elemento del inconsciente colectivo, ya sea vinculado al cristianismo ya lo sea al mundo pagano como símbolo solar o cornucopia o lapis exilis.  En todos los casos se reconoce su relación con la divinidad y con la inmortalidad.

Bibliografía.

Alvar, Carlos, (1998), Introducción a El cuento del Grial, Madrid, ed Alianza.

Ávila Granados, Jesús, (2007), La mitología celta, Madrid, ed. Martínez Roca.

Boron Robert de, (2012), El Mago Merlín, Barcelona, ed. Brontes.

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Chrétien de Troyes, (2011), El Caballero del León, Madrid, ed. Alianza.

González Ruiz, David, (2010), Breve historia de las Leyendas Medievales, Madrid, ed. Nowtilus.

Jung, Carl Gustav, (2005), Psicología y alquimia, Madrid, ed. Trotta.

Sainero, Ramón, (1993), Sagas celtas primitivas, Madrid, ed. Akal.