La libertad en masonería

Publicado el 06 diciembre 2017 por Habitalia

INTRODUCCIÓN A LA PLANCHA

Libertad voz del latín Libertas, Libertatis - Líber: Libre. Es la facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.

- Estado o condición del que no es esclavo. - Estado del que no está preso. - Falta de sujeción y subordinación: a los jóvenes los pierde la libertad. - Facultad que se disfruta de hacer y decir cuanto no se oponga a las buenas costumbres.

En filosofía la libertad se entiende como una ausencia de obstáculos, como cuando se habla de libertad de movimientos, o de la caída libre de un cuerpo. Hay libertad cuando la acción se cumple de acuerdo con la naturaleza del sujeto de que se trata, sin impedimento exterior. En ese sentido, puede hablarse de la libertad del universo, ya que la realidad considerada como un todo carece de obstáculos.

OPINIÓN PERSONAL DE LA PLANCHA

En sentido especial, el problema de la libertad se restringe al hombre. Y desde antiguo se ha entendido la libertad humana como el sometimiento del hombre a los dictados de la razón, y no a los de la pasión. La libertad, supone, entonces, un esfuerzo, y es una conquista que, según la fórmula de Spinoza, ha de lograrse día a día para merecerla.

En las concepciones tradicionales, la libertad es una realidad del hombre. Pero a partir del siglo XIX se ha entendido la libertad, no como un mero poder de elección, sino como un poder de creación: el hombre es libre, y es la única criatura libre, porque tiene que hacerse a sí mismo.

La libertad exterior encuentra por todas partes límites y obstáculos y, además, varía según la esfera de acción en que se desarrolla la actividad humana. En especial, se encuentra subordinada a la idea general de derecho y particularmente a las leyes positivas que gobiernan cada país.

Hay diferentes clases de libertades: natural, civil, política, de pensamiento, de conciencia, de prensa, de culto, de enseñanza, personal o individual, de trabajo, de comercio y de mares.

La libertad personal, de palabra, de asociación, de reunión, de enseñanza, de culto, de conciencia, política, de pensamiento, etc., cada una de estas libertades es proclamada con el derecho absoluto de las constituciones burguesas, pero estas libertades están limitadas al armonizarlas con la seguridad pública y el control del Estado, siendo el Estado una junta que administra los negocios comunes de toda la burguesía. En el fondo lo que se quiere es que no haya un choque de trenes entre el disfrute de derechos iguales de la burguesía con los de las otras clases sociales.

Con respecto a la libertad de conciencia que se dice tienen los masones, en el fondo no existe tal libertad de conciencia mientras tengamos como dogma de fe la creencia obligada en una Divinidad Creadora y en la inmortalidad del alma. Mientras no haya libertad plena de conciencia, el masón no podrá tener libre albedrío y será como las olas del mar.

OPINIÓN MASÓNICA DE LA PLANCHA

Nosotros los masones somos librepensadores, es decir, reclamamos para sí la razón individual y una total independencia de todo criterio sobrenatural en materia religiosa. La Divinidad le dio al ser humano la posibilidad de actuar independientemente por propia voluntad y no por la acción de causas externas ni por el mayor peso de unas razones sobre otras.

Nosotros los masones tenemos la libertad de desbastar o no la piedra bruta interior y de llegar o no a ser piedra cúbica del edificio social que levantamos a la Gloria y Honra de la Divinidad, nosotros nunca hemos entendido ni comprendido lo que es la libertad, siendo esclavos de España se nos dio la libertad sin entenderla ni comprenderla; una vez libres de su cruenta y terrible dominación, no hicimos más que cambiar de esclavitud: dejamos de serlo de España, para convertirnos en esclavos de nuestros propios vicios y errores, de nuestros propios bochinches y desaciertos.

Y es que nosotros nunca hemos podido ver de frente el sol de los hombres libres. Si nosotros queremos ser Hijos del Hombre Libre debemos, tenemos que desbastar, cincelar, eliminar todas las aristas y salientes de nuestra piedra bruta interior.

Dice un principio hermético que tal como es adentro así es afuera. Es imposible ser hombres libres sí internamente somos como las olas del mar, sí somos esclavos de la lujuria, de la envidia, del orgullo, de la codicia, de la ira, de la pereza y de la gula; sí somos dominados por los egos que habitan en nuestra psiquis; sí no hemos aprendido a refrenar las bajas pasiones.

Para ansiar esa libertad como masones: debemos aprender a conocernos a nosotros mismos, a pensar como masones, a actuar como masones y a sentir como masones, para poder empezar a desbastar, cincelar, eliminar todas las impresiones que lleguen a nuestra mente y transformar nuestras energías de la generación, para llegar algún día a ser piedra cúbica del edificio social.

Tenemos la libertad para encaminarnos en la oscuridad o en la luz así que tenemos que reflexionar tratando de corregir nuestros rasgos negativos y analizándolos, observaremos que en nuestra mente existe una compleja e intricada red de inclinaciones, cada una de las cuales aparta al masón del camino correcto, sumándose a ellas el instinto al mal que lo impele a escoger lo más negativo de cada rasgo de la personalidad. Si el masón desea la libertad interior debe desintegrar todo rasgo negativo, debe acudir a esa potencia trascendental superior a la mente y encaminarse por la senda correcta.

Se nos ha dicho que los masones tenemos libertad de palabra pero no para herir a otros masones con la misma palabra.

Por lo general cuando la palabra sale de las entrañas del agregado psicológico del masón va cargada de envidia, de ira, de orgullo, de egoísmo, de autosuficiencia, de ambición, de manipulación, etc., y como esta escrito: "La muerte y la vida están bajo el poder de la palabra" (Proverbios XVIII, 21). El masón por el solo hecho de ser masón debe tener mucho cuidado de no causar daño a ninguna persona con la palabra sea hablada o escrita y mucho menos con sus acciones.

CARLOS MANUEL VERHELST BERROCAL MAESTRO MASÓN